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Normalidad absoluta y asistencia masiva a la "Diada"

Manifestación de la Diada en 2015.
Manifestación de la Diada en 2015.GERARD JULIEN (AFP)

Se calcula en varias decenas de millares el número de personas que asistieron, a las cinco de la tarde de ayer, al mitin central conmemorativo de la jornada del 11 de septiembre. El acto se celebró en la plaza de Catalunya de Sant Boi del Llobregat, población del extrarradio barcelonés. La mencionada plaza tiene una capacidad calculada para 30.000 personas, dándose el caso de que media hora antes de que empezara el mitin era materialmente imposible penetrar en ella.

La afluencia masiva de gente a la citada población se inició en las primeras horas de la tarde. Un servicio de orden, compuesto por 900 personas, la mayoría de ellas jóvenes pertenecientes a los distintos grupos y partidos, se encargaron de distribuir al público en la plaza y calles adyacentes al lugar donde tenía lugar el mitin. La mayoría de los asistentes eran portadores de banderas catalanas y pancartas, en donde podía leerse los pueblos y barrios de procedencia. También eran visibles varias ikurriñas vascas y banderas de Andalucía y Galicia.Los servicios médicos, a cargo de fuerzas de la Cruz Roja, efectuaron tres salidas urgentes ignorándose hasta el momento si los casos atendidos eran de gravedad. Fuerzas de la Guardia Civil y de la Policía Municipal de Sant Boi colaboraron con los miembros del Servicio de Orden en la regulación y control -del tráfico en los diferentes accesos a la población.

Oradores

El acto empezó pasadas las cinco de la tarde. Como estaba previsto, tomaron la palabra Miguel Roca Juyent, en representación del Consell de Forces Polítiques de Catalunya; Octavi Saltor, como representante de los grupos y partidos de la oposición catalana no encuadrados en los organismos unitarios, y el profesor Jordi Carbonell, como portavoz de la Assemblea de Catalunya.

Miquel Roca se refirió a las dificultades encontradas en la preparación del acto. Aludió a la «represiva aplicación de nuestros derechos a reunimos y manifestamos», y dijo que «Catalunya y los catalanes somos todavía un pueblo gracias al proceso que desde el mismo 11 de septiembre de 1714 se inició para recuperar nuestra libertad colectiva, nuestra identidad nacional». Rindió un homenaje emocionado a los que dieron la vida en el transcurso de este proceso y dirigió un sentido recuerdo a los que «tuvieron que coger el penoso camino del exilio». Se refirió reiteradamente al binomio Cataluña-democracia, resaltando que «eran dos reivindicaciones indivisibles».

«Cataluña -dijo- ha sido siempre avanzada en la lucha por las libertades democráticas. En este largo proceso hemos contribuido activamente, decididamente y de manera decisiva en la lucha por las libertades democráticas de todos los pueblos del Estado Español. Por esto, luchar por Cataluña ha sido siempre la expresión de un combate por la democracia, y, por tanto, combatir a Cataluña ha sido también siempre una expresión de combate contra la democracia. »

El segundo orador, Octavi Saltor, se refirió con especial interés a los otros catalanes, es decir, a los inmigrados procedentes de los distintos pueblos y regiones del Estado español, señalando que «ya el 11 de septiembre fue escenario de una destacada intervención de inmigrados en la defensa de la libertad de Cataluña». Puso de manifiesto el espíritu unitario que había prevalecido en la organización de la Diada, unidad que -dijo- había quedado simbolizada en un signo único: la senyera (bandera, catalana).

El último de los oradores fue el que arrancó más aplausos y el que provocó un mayor número de interrupciones a lo largo de su parlamento. Jordi Carbonell se refirió a la Assemblea de Catalunya, definiéndola como el pueblo de Catalunya «en lucha pacífica por sus libertades políticas y nacionales». «El pueblo catalán -dijo- -ha sido vencido, pero no sometido. Y después de cada derrota el espíritu democrático ha resurgido con más fuerza. Si hoy nos reunimos es por que después de casi 40 años de autoritarismo y de represión, el espíritu democrático vuelve a manifestarse más vivo que nunca.» Propuso el acceso efectivo del pueblo al poder económico y político, y añadió: «No tenemos bastante con un simulacro de libertades democráticas, no tenemos bastante con que sólo nos dejen hablar y después todo continúe igual... Queremos democracia real, que permita a los intereses populares poder figurar en el marco de una pluralidad de opciones políticas. No queremos reforma, ¡queremos ruptura para establecer el verdadero orden, el orden democrático! »

Los tres discursos fueron retransmitidos por Radio Barcelona. Hubo, sin embargo, deficiencias técnicas que hicieron trabajosa la percepción de la totalidad de los parlamentos. La retransmisión era en un diferido de tres minutos, y algunos párrafos fueron suprimidos. Las interrupciones a los oradores fueron constantes, siendo las consignas coreadas por el público, las. de Visca Catalunya, Visca la Assemblea de Catalunya y Llibertat, amnistía y estatut d'autonomía.

Numerosas adhesiones

Fueron leídas numerosas adhesiones recibidas en el transcurso del acto. De entre ellas sobresalió, por su significado y por la acogida de que fue objeto, la del presidente de la Generalitat de Catalunya en el exilio, señor Josep Tarradellas, quien en su mensaje pedía que «se ahogara lo que nos pueda dividir y toda intención de partidismo, ya que no ha llegado aún el momento de hacerlo. Pensemos solamente en la obligación que tenemos de construir una Cataluña que goce de libertad, de bienestar y de paz. Sin dejar de luchar si hace falta para que los demás pueblos de España recobren también la libertad».

Hubo también un mensaje de adhesión por parte del Partido Socialista Chileno, el cual fue coreado a los gritos de Se siente, se siente, Chile está presente y Pinochet asesino. Es de resaltar que en el acto estaban presentes, junto a los representantes de todos los partidos políticos catalanes, una delegación de Coordinación Democrática compuesta por Ramón Tamames, García Trevijano, Eurico de la Peña y dirigentes de MCE y UGT.

Sobre las ocho de la noche, el público empezó a desalojar la ciudad de Sant Boi. El desalojo se hizo en completo orden y en medio de entusiastas slogans y cantos de matiz catalanista.

En Barcelona, ciudad, pudo observarse durante toda la tarde el establecimiento de un fuerte dispositivo policial en previsión de incidentes, los cuales no llegaron a producirse.

Desde primeras horas de la mañana fue visible en muchos balcones de la ciudad la exposición de banderas catalanas, en respuestas a la llamada que en días anteriores había hecho la comisión revisora de la Diada. En el mismo sentido, nos llegan noticias de que la colocación de banderas en balcones y ventanas fue una constante en la mayoría de los pueblos de Cataluña.

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