Un protagonista de la Historia
Con Mao desaparece el último simbolo de los valores de la China de siempre, innovadora y tradicional.
Desde su infancia en Shao Shan, en la provincia de Hunan, donde nació en 1893, el autoritarismo de su padre le encauzó en la rebeldía hacia todas las normas del comportamiento social, emanadas del confucionismo.Una rebeldía que le llevó indefectiblemente a la política desde que se matriculó en la escuela normal de Changsa. Allí tomó contacto con la política revolucionaria de Sun Yat-sen y adoctrinó políticamente a los soldados en la sublevación nacional de 1911.
Mao contrajo a disgusto matrimonio a los catorce años, cuando la frase que había leído en un libreo -« ¡Ay, China será subyugada!»- merecía toda su atención, buscando afanosamente el modo que la profecía no se cumpliese.
Mao construyó sus primeras teorías en la escuela de Changsa y al finalizar sus estudios en 1918 buscó una salida a las mismas a través de la Sociedad de Estudios del Pueblo Chino, que fundó.
Tras el divorcio, Mao no dudó en contraer matrimonio con la hija de su profesor de Changsa, quien le introdujo en el marxismo prestándole el Manifiesto. Comunista, La lucha de clases, de Kaustky e Historia del socialismo, de Kirkupp. Sin embargo, estos clásicos no hicieron cambiar de idea a Mao sobre por qué debía ser el proletariado y no los campesinos quienes dirigiesen la revolución.
En 1921, el Komintern movilizó aquarios agentes con el propósito de unir a todos los grupos comunistas dispersos por el país, lo que se consiguió en una vieja escuela de Changai donde se fundó el Partido Comunista de China (PCC). Mao estuvo entre sus doce fundadores.
El frente Nacional
Desde 1920, Lenín y Stalin, contrariamente a lo que opinaba Trotsky, confiaron en el Kuornintang (KMT) de Sun como adalid de la revolución china y el necesario apoyo del PCC al partido burgués.
Mao tuvo siempre dudas respecto a esta política y lo reflejó en sus duras discusiones con el enviado de Stalin, Borodin. Pero la alianza cuajó en la creación de la Academia Militar de Wanipoa, dirigida por Chiang Kai-chek y Cu En-lai en 1923.
El futuro Gran Timonel, desde su puesto de Hunan, no dejó de exhortar a los campesinos en su lucha, lo que provocó la primera denuncia por desviacionista, que obtendría amplio eco y apoyo en 1927, cuando Mao fue expulsado de la jefatura del PCC y denegado su derecho al voto al presentar el «Informe sobre el campesinado de «Human», cuyas tesis eran opuestas a las de Stalin y el Komintern.
La muerte de Sun en 1925 significó un cambio en la política del KMT, convertido por Chiang Kai-chek en un partido reaccionario, dispuesto a aniquilar a los comunistas. Tras las matanzas de Cantón, Changai y Nankín, el PCC pasa a la clandestinidad, el frente se rompe y la guerra entre comunistas y miembros del KMT estalla.
Al margen de las disputas en el partido, Mao organiza en Kiangsi, en 1929, la primera república soviética de China, ayudado por Chu Teh, Chu En-lai, Chen Yi y Lin Piao.
Con el prestigio en alza, Mao consiguió en 1931 que el CC del partido se trasladase a las zonas sovietizadas y que se le nombrase jefe de los Gobiernos soviéticos chinos. Ese mismo año los japoneses iniciaron la invasión de Manchuria y tras varias vacilaciones los ejércitos de Chiang deciden resistir el ataque, pero la disconformidad de varios regimientos, apoya dos por los comunistas, colocan a las fuerzas del KMT en el dilema de atacar las bases rojas o defenderse de los japoneses. Chiang Kai-chek se decide por lo primero y acordona la base de Kiangsi en 1933. Los 100.000 hombres de Mao deciden la retirada. La Larga Marcha había empezado.
La Larga Marcha
Sólo 20.000 hombres sobrevivirían la aventura de 9.500 kilómetros, continuamente hostigados por las tropas del KMT. Mao enfermó varias veces y en no pocas ocasiones tuvo que defender su status dentro del partido, amenazado por otros miembros del PCC, entre ellos Chu En-lai.
En 1935, la Larga Marcha finalizó, en Shensi. «La Larga Marcha es una máquina sembradora -dijo Mao-: ha esparcido muchas semillas que germinarán, produciendo una espléndida cosecha para el futuro». No en vano las columnas del Ejército Rojo habían atravesado 11 provincias y contactado con 20 millones de personas.
Consolidado en el poder, Mao envió un mensaje a Chiang en 1936, dispuesto a una nueva alianza contra los japoneses. A pesar de las buenas intenciones del KMT, los ataques a bases comunistas siguieron. Afincados en Yenan, Mao inició la experiencia de las comunas y los primeros pasos en la originalidad del proceso revolucionario chino,. «Si queréis que las masas os comprendan, debéis soportar un largo y doloroso proceso de remoldeo», escribió, cuando mandaba a tres millones de personas y controlaba una población de 150 millones.
Ya en 1945, Mao acató los dictámenes de Stalin en el VII Congreso, a pesar que el jefe del Kremlin se obstinó en ignorar a Fa base de Yenan y se mantenía firme en la idea de colaboración entre el PCC y el KMT. Tampoco ocultó su desprecio por lo que se llamaba ya, «la senda china al comunismo».
La postguerra
Al fracasar la entrevista Mao-Chiang en Chungking (1946), el Gran Timonel, replegado a Shensi, cambia de estrategia y decide pasar a la ofensiva (la táctica de atacar y replegarse no dando tregua al enemigo). En 1948, con la victoria comunista en ciernes, Stalin mantenía sus dudas sobre la «revolución campesina», la revolución en la que siempre confió Mao y a cuyo frente entró en Pekín el 25 de marzo de 1949.
«A partir de ahora el pueblo chino se ha puesto en pie», dijo Mao a la Asamblea Constituyente, once días antes de que se proclamase la República Popular.
Un año después se proclamó la reforma agraria, el primer tornado revolucionario que recorrió China.
La tormentosa década de los años cincuenta, con grandes sobresaltos sociales como las Cien Flores, provocaron una merma en la popularidad de Mao, ansioso por remodelar con rapidez el país, y ganar la batalla de la producción con el Gran Salto Adelante.
Al iniciarse la década de los años sesenta, las entrevistas de Mao y Kruschev no consiguieron sino « agigantar las diferencias chino-soviéticas, mientras en el plano interno, Liu Chao-chi encabeza el grupo anti-Mao que critica al presidente (elegido en 1954) por «aventurerismo». Mao, cada día más marginado, movilizaría a las masas en la gran revolución proletaria.
Pero esta revolución con su slogan «Aprendamos del Ejército» (no del partido), sentaría las bases para la siguiente lucha a la que tendría que hacer frente. Su aliado Lin Piao no estuvo dispuesto a acatar que «él partido dirigiese el fusil».
Tras la muerte del militar en 1971, Mao volvió a sus más seguros. colaboradores, Chu En-lai, Chu Teh, Tong Pi-wu y se apoyó en los jóvenes que sacaron adelante la política de la revolución cultural: Wang Hong-wen, Chang Chunchiao, Chiang Chin y Yao Wen-yuan.
Mao desaparece en unos momentos en que China está empeñada en una nueva disputa ideológica. Ahora se utilizará la obra de Mao, lo que es algo diferente a su presencia en los momentos clave de la vida nacional. Se cierra una etapa en la historia de China v del mundo.
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