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La huelga general de los marineros británicos rompe el «pacto social»

Juan Cruz

Los marineros mercantes ingleses inciarán una huelga general en la noche del sábado. El primer ministro, Callaghan, convocó inmediatamente una reunión con sus ministros para discutir la situación creada.La huelga afectará a 44.000 productores, muchos de los cuales están ahora en barcos que se encuentran en distintos lugares del extranjero. Mientras dure la huelga, los barcos británicos no se moverán de los puertos en los que ahora se hallan anclados. Aquellos que se encuentren en alta mar deben dirigirse desde ahora a puerto.

La disputa se basa en cuestiones salariales. Lo marinos piden aumentos que se consideran fuera del ámbito de los acuerdos relativos a sueldos aprobados recientemente por el Gobierno y los propios sindicatos, o «pacto social».

La huelga decidida el miércoles es similar a la que en 1966 protagonizaron los mismos trabajadores. Harold Wilson, primer ministro entonces, acusó a los líderes que la convocaron de haber recibido presiones políticas para reforzar sus demandas y provocar un paro general en la vida comercial marítima de Gran Bretaña. La huelga de 1966 duró seis semanas y causó 30 millones de libras de pérdidas en la exportación.

En esta ocasión se ha intentado descalificar la huelga usando iguales argumentos, pero tanto los jefes sindicales de los marineros como los propios productores se negaron a aceptar las presiones oficiales que se han venido ejerciendo sobre ellos para que no se llevara a cabo esta extrema acción laboral.

Repercusiones en la libra

Un brusco declive de la libra esterlina ha sido el efecto inmediato ante el anuncio de la huelga general de marineros que comienza mañana.

El Banco de Inglaterra abandonó ayer por la mañana el cambio de apoyo de 1,77 dólares, lo que provocó la caída de la moneda británica a 1,7325 dólares. Sin embargo, se registró rápidamente una recuperación parcial tras una serie de operaciones de toma de beneficios, situándose a un nivel de 1,7435 dólares, aun sin apoyo aparente del Banco Central. En esta situación se produjo una fuerte corriente de cambio de libras a marcos alemanes y yens japoneses, lo que determinó que la divisa británica alcanzase una cotización mínima récord frente a la alemana: 4,356/4,366 marcos por libra.

Como reacción inmediata al declive de la moneda británica, los tipos de interés en los mercados de dinero de Londres saltaron a un 11,25 por 100 desde el 11 por 100 de primera hora. La decisión del Banco de Inglaterra de abandonar su apoyo a la esterlina se interpreta como un síntoma de que las autoridades monetarias podrían recurrir a elevar los tipos de interés como medio de defensa.

Se trata de un descenso de la libra de un 3,5 por 100. La esterlina llega así al nivel más bajo desde él 7 de junio de este año, cuando Gran Bretaña recibió un crédito de 5.300 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional para detener la caída de su moneda por debajo de 1,70 dólares.

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