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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

España y el Pen Club

En la noticia publicada en EL PAIS del 24 de agosto con el título «Mario Vargas Llosal presidente del Pen Club Internacional», que firma el corresponsal de ese periódico en Londres, se dice que «España no figura en la lista de Pens Clubs esparcidos por todo el mundo». Quizá interese a los lectores de EL PAIS saber, como complemento de esa noticia, los motivos de esa ausencia de España en el Pen Internacional. Hace ya 15 años un grupo de escritores españoles realizó un intento de resucitar el Pen español, cuyo último presidente, hasta julio de 1936, fue Azorín. Se constituyó un Comité provisional, cuya presidencia de honor aceptó don Ramón Menéndez Pidal (Azorín declinó, en carta que conservo, tal honor), y del que formaba parte, entre otros escritores, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Camilo José Cela, Julian Marías, Antonio Buero Vallejo, Alonso Zamora Vicente y Paulino Garagorri. El secretariado provisional estaba constituido por Luis Felipe Vivanco, Pablo Martí Zaro y José Luis Cano. Se presentaron los estatutos en la sección oportuna del Ministerio de la Gobernación, y tras una espera de casi un año, se recibió la respuesta, que era negativa. El argumento para esa denegación consistió en que los fines de esa sociedad de escritores no estaban muy claros en los estatutos. La verdad es que estaban tan claros -defensa de la libertad de expresión y de crítica, lucha contra la censura, apoyo a los escritores presos por exponer sus ideas, etc, etc- que se explica que el Gobierno franquista de los años sesenta estimara peligroso la existencia de un Pen español. Durante los últimos 15 años, el secretario del Pen Internacional, David Carver, y los sucesivos presidentes -sobre todo Pierre Emmanuel y Henrich Böll- apoyaron nuestros esfuerzos por resucitar el Pen en España. Pero todo fue inútil. Los gobiernos franquistas consideraban subversivo a un organismo cultural tan moderado como el Pen. El último intento realizado, a raíz del congreso del Pen Internacional, en Dublín, en 1971, al que asistimos como guest observers Pablo Martí Zaro y el que esto escribe, tuvo idéntico resultado negativo. Los informes de los Ministerios de Información, Asuntos Exteriores y Gobernación fueron contrarios a que el Pen Club pu diera funcionar legalmente en Es paña. Quizá pudo influir en ello el hecho de que, a nuestra iniciativa, Henrich Böll, presidente del Pen Internacional, enviara al ministro de Justicia español un telegrama de protesta por la condena de dos años de prisión al escritor Luciano Rincón.Ruedo Ibérico.

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