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Actitud "moderada y realista" en el conjunto de la oposición

La vía negociadora que decididamente está siguiendo la mayor parte de la oposición requiere grandes dosis de realismo, abandonando todo maximalismo. Este es uno de los comentarios más extendido en los medios políticos de Madrid a la hora de considerar el desarrollo y resultados de la reunión del día 4, que, después de planteamientos bastante radicalizados -gobiernos provisionales para cada nacionalidad, necesidad de cuestionar la forma de Estado y de Gobierno, entre otras-, produjo un acuerdo notablemente moderado.

De acuerdo con el comunicado facilitado el sábado pasado, las cuestiones no negociables se limitan a la libertad de todos los partidos, la apertura de un proceso constituyente y la necesidad de un calendario concreto para los pasos a dar, así como el reconocimiento de los derechos políticos de las nacionalidades y regiones (fórmula menos concreta que las apelaciones a los gobiernos provisionales, por ejemplo). Otros temas importantes, como la ley Electoral o el Gobierno que ha de presidir el proceso constituyente, pueden ser negociables.Hay otra cuestión difícil, y es saber quien va a negociar con los denominados poderes fácticos, entre los que el Gobierno ocupa un importante lugar. No ha pasado desapercibida, en los medios políticos consultados por EL PAIS, la coincidencia entre la magna reunión y la cena mantenida por el presidente Suárez con el señor Tierno Galván ante el hecho evidente de que una no ha sido consecuencia de la otra. Con noventa siglas es difícil negociar, y de ahí que si el poder se aviene a aceptar esta vía, pretenderá hacerlo con interlocutores menos complejos. Y aquí viene el problema. La oposición necesita articularse, tanto a nivel orgánico como en lo que se refiere a la materia de negociación; pero a renglón seguido tendrá que designar una representación que pueda conducir esa negociación con los poderes fácticos del Estado. La incógnita es conocer la fiabilidad que unos concedan a otros y los puntos problemáticos que pueda suscitar el poder, tales como la presencia de un comunista -eurocomunista español, probablemente- en la mesa negociadora.

Precisiones de Múgica

Hay otra cuestión polémica, y es la que se refiere a la amnistía. En este punto, Enrique Múgica, representante del PSOE en la reunión del día 4, ha tenido interés en precisar -a la vista de lo publicado por algún medio informativo- que sigue considerando necesaria la amnistía total y sin exclusiones, y que su partido ha sido uno de los firmantes de la convocatoria para la manifestación pro-amnistía del pasado domingo en San Sebastián. «Lo que ocurre es que conviene lograr formas idóneas para luchar por la amnistía y saber si el pueblo va a responder a las convocatorias. Da la casualidad de que, fuera del País Vasco, la amnistía ha hecho salir bastantes presos y no es seguro que los diferentes pueblos respondan a la convocatoria en cuestión; prueba de ello es que no hubo consenso en este asunto.»En cuanto a la actitud de los «observadores» en la cumbre del sábado, los de Federación Popular Democrática (FPD) han estimado como «altamente positiva» dicha reunión, y confían en que sea un primer paso «para abordar, desde un punto de vista federativo, la coordinación de toda la oposición.»

Por su parte, la Federación de Partidos Socialistas (FPS) ha saludado, la reunión del día 4 y considera la autoconvocatoria y la coordinación de acción como bases de la articulación federativa de la oposición.

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