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Los sindicatos franceses, dispuestos a dialogar con el nuevo Gobierno

«Una tarea, con preferencia, les espera: la lucha contra la inflación y fundar nuestro desarrollo, condición del empleo, en una moneda y en precios estables», recordó, ayer, el presidente Giscard d'Estaing, al nuevo Gobierno, reunido por primera vez en Consejo de Ministros, bajo su presidencia. Con la intención de desvanecer la idea que ha cundido en la opinión sobre «el ejercicio solitario del poder», Giscard d'Estaing aseguró una vez más que la acción del Gobierno, bajo la autoridad del presidente de la República, elegido del pueblo francés, será conducida por el primer ministro, con la plenitud de sus funciones.Por la tarde, el nuevo premier, Raymond Barre, se enfrentó con la prensa. Según sus propósitos, la semana próxima la dedicará a examinar los problemas del país y, la siguiente, a la tarea delicada de intentar dialogar con los demás componentes sociales de los que depende, en gran parte, el éxito del enderezamiento económico y, sobre todo, la victoria contra la inflación, que bautizó, por enésima vez, como su objetivo número uno.

Por su lado, los dos sindicatos determinantes en la arena social, la CGT, comunista, y la CFDT, socialista autogestionaria, en un principio se manifestaron prestos al diálogo. Ayer, los dos líderes de estas centrales, Seugy y Maire, escribieron a Barre, proponiéndole una negociación, con las bases mínimas de la misma. Según el secretario general de la CGT, las cinco medidas contra la inflación, debieran ser las siguientes: reducción de impuestos sobre los artículos de gran consumo, reducción de márgenes de beneficios de las grandes sociedades capitalistas y bloqueo de los precios de primera necesidad, de los alquileres y de las tarifas públicas. Y otras tres medidas más: creación de un impuesto del gran capital e igualmente para los beneficios de las grandes sociedades, control del crédito y del cambio, y garantía del poder adquisitivo de los salarios.

Emond Maire, líder de la CFDT, también le escribió en términos semejantes, añadiendo que desea saber si Barre está dispuesto a contar con los sindicatos o si piensa continuar con la costumbre gaullista de «pasar por encima de los interlocutores naturales y obligatorios de los trabajadores, para dirigirse directamente al pueblo». Las reacciones primeras del patronato francés (CNPF), por boca de su presidente, señor Ceyrac, son más bien optimistas, y manifiestan «gran confianza» en las dotes de Barre.

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