El problema de la hostelería

Leo con alegría en el periódico que usted dirige, dos noticias que confirman el despertar de un sector hasta ahora casi mudo: la hostelería.No quisiera extenderme sobre mis siete años de aprendizaje en el extranjero donde no viví mi juventud; ahora, a la edad de veintidós soy «maitre» de hotel, la cruz de la moneda es distinta; según estadísticas de USO, hechas entre los trabajadores de hostelería de la Costa Brava, un 43 por 100 de éstos no están asegurados. Yo mismo no recibo nómina con la paga mensual, tampoco tengo contrato de trabajo y mi situación es buena con respecto al personal de servicio: sueldos por debajo del mínimo establecido por la ley en el convenio, inexistencia del obligatorio día libre semanal y horarios excesivos. ¿Por qué no se cumple un convenio, al menos? Yo no dudo de la buena voluntad de los inspectores de trabajo, pero sí dudo de la de los patronos. Contratan personal, andaluz y extremeño en general, no cualificado, siendo explotado de la forma citada y conocedor de que el fruto de sus protestas será la inclusión en la tristemente famosa lista negra que le impedirá volver la próxima temporada.

Yo, después de perder siete años para hacerme un profesional de la hostelería, me veo metido en una cadena de explotación de la cual sólo puedo salir emigrando de nuevo o cambiando de oficio.