Marie Goodlow,
pese a las apariencias, no se encuentra en los carnavales de Río de Janeiro, sino en la convención republicana de Kansas City. La señora Goodllow es delegado del partido por Chicago y decidida partidaria del presidente Ford, hasta el punto que rechazó los dos mil quinientos dólares que le ofreció un hombre de Reagan para que votara en favor de una moción por la que el presidente estaría obligado a nombrar a su compañero electoral antes de realizarse la selección definitiva del candidato del partido a la Casa Blanca.
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