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Mujeres católicas y protestantes se manifiestan en Belfast

Juan Cruz

La noticia de la muerte violenta de otra niña en el Ulster ensombreció aún más ayer el ambiente de Belfast, donde a media tarde tuvo lugar una concentración de unas diez mil personas predominantemente mujeres, católicas y protestantes, reunidas para pedir «paz, por favor».La niña muerta ayer fue víctima, al parecer, de los disparos que unos pistoleros hicieron contra una patrulla militar. Un portavoz del Ejército dice que la niña murió a causa de esos disparos, y que los soldados no hicieron uso de las armas. El incidente, el enésimo en el que un transeúnte cae en estas circunstancias, se produjo en el condado de Armagh, en la frontera con la República de Irlanda, en una zona conocida por «el triángulo de la muerte». Es el cuarto niño víctima de la violencia del Ulster.

El movimiento de las mujeres de Belfast tomó cuerpo a raíz de un suceso similar, pero aún más trágico. Las católicas de la capital del Ulster decidieron unir sus fuerzas en torno al slogan «peace, please» (paz, por favor) tras la muerte de tres niños de una misma familia, que fueron alcanzados en una calle de Belfast por un jeep cuyo conductor, un terrorista, había sido herido mortalmente por unos soldados que lo perseguían. Al perder el control del vehículo, éste se lanzó sobre la acera y mató en el acto a dos de los niños, uno de 6 semanas y otro de 6 años. El tercero, de 8, falleció días después en un hospital.

Las mujeres que se concentraron ayer en Belfast han repetido que su conducta no es política ni va dirigida contra una organización determinada, en este caso el IRA, uno de cuyos miembros era el conductor del jeep que causó la muerte de los niños. «Nosotras estamos contra la violencia en todas sus formas y venga de donde venga. Los violentos deben abandonar Belfast.»

La manifestación se inició en el mismo lugar en el que se produjo el dramático incidente. A diferencia del acto del entierro de los tres niños, que se vio asistido por gran número de católicos, en la concentración de ayer hubo personas de las dos religiones en conflicto. Autobuses especiales trasladaron a las protestantes a la zona oeste de la ciudad, predominantemente católica, de modo que por un día Belfast pareció una ciudad bien avenida, sin áreas extrañas, con todos los sectores de la población unidos bajo un mismo propósito: «peace, please».

El Gobierno de Londres ha acogido con mucha simpatía este movimiento pacifista.

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