A Meler le abruman los problemas
, El próximo 17 de agosto, el Español juega contra la selección de Indonesia, y no podrá hacerlo en su terreno de Sarriá. Es la culminación de un problema que el club lleva arrastrando desde hace dos años, y que ya estalló de forma estentórea con motivo del. España-Dinamarca. Kubala se quejó del césped y hubo que fabricarlo nuevo en cuestión de días a base de paneles de hierba. Solución provisional, que terminó de arrasar totalmente el ya débil césped anterior. Según el club, la empresa de jardinería encargada de la obra lleva gastados más de diez millones de pesetas, de los cuales el Español (en versión del señor Meler), no ha pagado un céntimo.El caso es que tras dos años de fallidos intentos de hacer crecer la hierba en Sarriá, se ha roto el contrato con la anterior empresa, y se le ha encargado a una nueva, que se puso manos a la obra veinte minutos después de que terminara el último partido del trofeo Ciudad de Barcelona. Algunos tardíos espectadores pudieron asistir a la insólita invasión del terreno por excavadoras y brigadas de operarios, que trabajarán día y noche hasta el próximo 5 de septiembre.
Los problemas del presidente Meler no terminan ahí. No ha querido que el Español participara este verano en torneos, ya que el millón y medio que solía cobrar el equipo no le parecía rentable. Ahora, el entrenador Santamaría le está pidiendo partidos amistosos, incluso gratis, porque los necesita dentro de su plan de preparación.
Las bajas de jugadores fueron también un problema que afectó a las taquillas del Ciudad de Barcelona. Por diversas razones, jugadores como Ortiz Aquino, Jeremías, Solsona, Molinos, Fernández Amado, Ochoa... no pudieron estar presentes, y el Español ha cerrado con déficit una vez más.
Incidente en la presentación
Por último, Meler tuvo su pequeño enfrentamiento con los medios informativos. En la presentación del equipo (que por primera vez en la historia del club, se celebró sobre las gradas, a causa del estado del campo), acusó a la prensa de desvirtuar informaciones que estaban perjudicando el éxito del torneo, y los trescientos socios allí presentes comenzaron a gritar frases nada amables contra los periodistas, que se encontraron cogidos en una encerrona, ante la evidente inferioridad numérica. Incluso a la salida del estadio, los insultos acompañaron a los periodistas hasta sus propios coches, con claras amenazas de violencia, que por fortuna se quedaron sólo en amenazas.
Dos días después, en una comida oficial, Meler se disculpó públicamente, pero sus palabras no pueden hacer olvidar a nadie el suceso ocurrido en Sarriá. Por eso mismo, a sus otros problemas, Meler tandrá que añadir el de encontrar entre la prensa un ambiente mucho menos agradable esta temporada que en las anteriores.
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