_
_
_
_

Fue inmediatamente encarcelado

Antonio Sebastiao Ribeiro de Spínola, ex presidente de la República portuguesa, llegó ayer por la mañana, en un avión procedente de Nueva York, al aeropuerto de Lisboa. Un coche oficial, en el que se encontraba el comandante Aparicio (jefe de la policía de Seguridad Pública de Lisboa) lo recogió y, por una puerta lateral, lo trasladó directamente a la prisión de Caxias, donde llegó a las nueve de la mañana.

, Los otros «inquilinos» de la prisión de Caxias, son los «pides», menos de veinte, y nueve «terroristas de derechas», que fueron detenidos hace unos días. Poco después llegaron al aeropuerto la esposa de Spínola y su abogado, el ex primer ministro Adelino da Palma Carlos, que se encarga de los asuntos de Spínola desde que abandonó Portugal, el 11 de marzo de 1975.Oficialmente, nada más se sabe sobre la suerte del « hombre del monóculo», que fue en su día el símbolo de la revolución del clavel, y que posteriormente sería anatematizado por los jóvenes capitanes, que dieron a la revolución un paso menos marcial pero más rápido.

Ahora, Spínola deberá enfrentarse con graves acusaciones referentes sobre todo al intento de golpe de estado del 11 de marzo de 1975. Aquella tarde, después de fracasado el golpe, Spínola abandonó Portugal en un helicóptero que, desde la base de Tancos, lo trasladó a tierras españolas, concretamente a Talavera la Real (Badajoz).

Sería liberado en seguida

Algunos días más tarde, Spínola se trasladó a Brasil, donde le fue concedido asilo político. Allí, algunos meses después fundaría el MDLP (Movimiento Democrático de Liberación de Portugal), ya disuelto. Varios países, con no pocas dificultades, visitó Spínola, hasta que finalmente decidió volver a Portugal. Muchos de sus colaboradores lo habían hecho ya, como el comandante Sanches Osorio, ex ministro de Información, que fue puesto en libertad provisional pocas horas después de su llegada, procedente de España.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Es probable que Spínola, que se encuentra en la prisión de Caxias, a ,las órdenes de la policía judicial militar, sea liberado como el citado Sánches Osorio, en cuyo caso la reacción de los partidos de izquierdas sería inmediata. De todas formas, las autoridades militares deberán decidir, en el plazo de cuarenta y ocho horas, si continúa en prisión o debe pasar a la situación de «libertad provisional».

Oficialmente, aún no se conocen las acusaciones concretas, y las autoridades se limitan a decir que está «bajo el fuero militar», principalmente por su participación en la «intentona» del 11 de marzo de 1975. Otras fuentes, sin embargo, señalan que a Spínola pueden exigírsele responsabilidades por las actividades terroristas del MDLP, del que era presidente.

Soares lo llama «general»

El Gobierno, por medio de su portavoz, Manuel Alegre, ha manifestado su sorpresa por la llegada de Spínola y ha indicado que se le «esperaba para luego de la aprobación del programa gubernamental», que precisamente deberá producirse hoy.

El primer ministro, Mario Soares, ha señalado que «el Gobierno supo de su llegada pocos minutos antes de que el avión aterrizase en el aeropuerto de Lisboa». Soares dijo también que «era partidario de que todos los portugueses vuelvan a su país y si tienen cuentas pendientes con la justicia que las cumplan». A una pregunta de este corresponsal sobre si consideraba que Spínola estaba «políticamente muerto», Soares indicó que «sólo el futuro podrá decirlo ».

Es interesante recordar que Soares continúa refiriéndose a Spínola como «el general Spínola», mientras que el Estado Mayor del Ejército, en un comunicado difundido esta mañana, daba cuenta de la «llegada del ex general Spínola». En ese sentido, hay que tener en cuenta que Soares llama también a Otelo, «general Otelo», en «función de sus méritos en el 25 de abril». Oficialmente, según las leyes militares, Spínola fue expulsado del Ejército por ausencia del país, después del 11 de marzo de 1975.

Por su parte, el Partido Comunista, ha emitido un comunicado en el que señala que «este acontecimiento causa profundas preocupaciones» porque dará «más ánimo y arrogancia a los que pretenden eliminar las conquistas de la revolución». Los comunistas son también partidarios de que Spínola «responda por sus actos ante la ley».

A su vez, un portavoz del PPD (Partido Popular Democrático) (centro) indicó en la asamblea que «la ley debería cumplirse para todos los ciudadanos». El Centro Democrático Social, mantiene oficialmente la misma posición, mientras que la Unión Democrática Popular (extrema izquierda), intentó que la asamblea discutiese, sin éxito, una posición común sobre el asunto. La moción del único diputado de la UDP fue rechazada, por «no estar en el orden del día».

En resumen, parece que Spínola escogió un «buen momento» para llegar: no ha habido manifestaciones de protesta y los comunicados de los partidos, incluyendo el comunista, se limitan a recordar que «la ley debe cumplirse». Nadie espera, sin embargo, que ésta sea muy rigurosa con el «hombre del monóculo», que tiene ya sesenta y seis anos y está en la «reserva» del ejército.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_