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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El beneficio de la duda

LA OPINION pública no se ha visto satisfecha con las explicaciones que diera en su día el director general de Seguridad sobre los supuestos autores de los atentados de la madrugada del 18 de julio. El esceptismo crecerá sin duda después de las explosiones de ayer mismo. Ya no parece posible albergar la duda respecto al hecho de que los atentados han sido en ambos casos respuesta inmediata a la decisión del Rey de conceder la amnistía. El 18 de julio coincidió con la declaración del Gobierno en la que prometía que solicitaría aquélla y esta vez las bombas han hecho explosión inmediatamente después de acordada la medida.Siempre se había dicho que para una operación como la de hace dos semanas se necesitaba una organización capaz y bien adiestrada. Y se argumentaba que quizá la operación misma había sido puesta en marcha con dos semanas de anticipación y habría resultado imposible de parar después de la declaración democratizadora del Gobierno. Ahora es evidente que las explosiones de la madrugada de ayer se han preparado con muy pocos días por delante.

Si a todo ello unimos la puesta en libertad provisional por el Juzgado de Orden Público de siete de los detenidos en relación con estos sucesos, la similitud de objetivos en los atentados de anteanoche con los del 18 de julio, y lo desconocido hasta ahora del grupo político al que se ha acusado -y que ha vuelto a reivindicar telefónicamente los atentados de ayer-, hay que reconocer que cuando menos las dudas de la opinión pública son dignas de respeto.

No estamos queriendo decir con esto que las bombas las haya puesto la extrema derecha, ni mucho menos. Ya han dicho las autoridades que «está fuera de toda duda el hecho de que las puso la extrema izquierda». Nuestras dudas, sin embargo, sólo se resolverán cuando los tribunales se pronuncien en firme sobre el caso. Lo mismo que se resolverán también las que todavía es posible albergar respecto al suceso de la calle del Capitán Arenas, la explosión de la calle del Correo, los innumerables atentados del terrorismo de derechas, hasta ahora impunes, en el País Vasco, lo sucedido en Montejurra y en Vitoria, o el más probable asesinato del etarra «Pertur».

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