Destruida Tangshan, ciudad de un millón de habitantes
Las autoridades chinas rompieron por fin su mutismo con respecto al terremoto que azotó el miércoles al país e informaron que las víctimas son numerosas y los daños materiales cuantiosos, especialmente en la ciudad de Ungshan, epicentro del seísmo.
Radio Pekín señaló ayer que el Comité Central del Partido Comunista chino había declarado que el seísmo «causó grandes pérdidas materiales y humanas». Aunque no se ha señalado el número de muertos, pues las autoridades chinas nunca dan este tipo de información, la gravedad de los sucesos puede ser medida por el desusado tono de franqueza de la citada declaración.De los dos terremotos que tuvieron lugar en un intervalo de quince horas, el primero, con epicentro en la ciudad industrial de Tangshan, al sureste de Pekín, se considera ya el más potente registrado en el mundo en los doce últimos años.
Según otros testimonios de testigos presenciales, la ciudad de Tangshan, de un millón de habitantes, ha quedado «virtualmente demolida y los daños y pérdidas, materiales y humanas, son incalculables».
Se supo que seis técnicos japoneses fueron rescatados de entre los escombros de un hotel de Tangshan. Otros tres, del mismo grupo, resultaron muertos. Los japoneses formaban parte del personal de la filial china de la compañía «Hitachi».
El Gobierno británico ofreció, al parecer, ayuda a China. La Cruz Roja propuso enviar plasma y alimentos y el ejército se brindó a cooperar desde sus bases de Hong-Kong próximas al lugar de los hechos.
En Pekín la población continúa en las calles, viviendo en improvisadas tiendas de campaña, ante el temor de que se produzcan nuevos seísmos.
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