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Elecciones USA

La campaña demócrata será un ajuste de cuentas con la Administración republicana

Veinte mil personas prorrumpieron en aplausos cuando el candidato demócrata a la presidencia, Jimmy Carter, dijo en su discurso de aceptación de la candidatura que no veía razón para que «los grandes ladrones estén en libertad mientras los pobres van a la cárcel».

Interrumpido en más de cincuenta ocasiones por una multitud entusiasta, Carter prometió en su discurso una nueva era para los Estados Unidos que estará dominada por la decencia."Ha llegado la hora de que los dirigentes de nuestro Gobierno respeten la ley tanto como el más humilde ciudadano. Debemos acabar con ese doble nivel en la aplicación de la justicia Americana.»

La cuarta y última jornada de la Convención Nacional Demócrata se cerró el jueves por la noche -madrugada del viernes en España-, con la elección por aclamación de Walter Mondale como candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos y con los discursos de aceptación de los dos componentes de la papeleta electoral demócrata. Ambos oradores insistieron en lo que se adivina ya va a ser el leit-motiv de la campaña electoral: la lucha contra la corrupción administrativa y el inicio de una nueva era para el país que acabe con las divisiones y las luchas internas.

«Hemos estado sin liderazgo demasiado tiempo. Hemos estado divididos demasiado tiempo. Hemos sido gobernados por veto demasiado tiempo. Hemos sufrido en las manos de una Administración cansada, sin nuevas ideas, sin juventud ni vitalidad y sin la confianza del pueblo americano» dijo el candidato demócrata.

Watergate, tema principal

Por su parte, Walter Mondale, que pronunció su discurso de aceptación antes que Carter, se refirió a los mismo temas, con especial hincapié en el caso Watergate. «Acabarnos de vivir el peor escándalo político de la historia americana y ahora tenemos un presidente que perdonó a la persona responsable de este escándalo». Como se preveía, el caso Watergate y el indulto concedido por Ford al ex presidente Nixon serán utilizados por los demócratas para poner fin, en noviembre, a la Administración republicana.Los republicanos parece que basarán su campaña en el carácter demasiado «liberal» del tandem Carter-Mondale, que, según ellos, es contrario a las tradiciones americanas. De hecho, el liberalismo de Mondale sirvió a Carter hasta el momento para ganarse el apoyo de los partidarios de sus ex contendientes de ideología liberal en las elecciones primarias, como Brown, Udall o Church.

El problema principal para el tandem Carter-Mondale parece que residirá, sin embargo, en los votos católicos. El tema del aborto -sobre el que no quiso pronunciarse en contra el Partido Demócrata- ya comenzó a ser motivo de polémica en las propias filas católicas.

La jornada de clausura de la Convención Nacional Demócrata, dominada por el espectro de Watergate, tuvo también como protagonista otro trauma de la vida americana: la guerra de Vietnam. Poco antes de que intervinieran los dos candidatos, hicieron uso de la palabra varios militantes antibelicistas que pidieron amnistía para los desertores de aquella guerra.

El ex sargento de Marines, Ron Kovic, subió al estrado en su silla de ruedas y denunció una guerra que le había dejado «con unas piernas que no pueden sostenerle, un cuerpo que no siente y un dolor y una angustia que nunca me abandonarán». Kovic pidió a la futura Administración demócrata que diese amnistía no sólo a los condenados por oponerse a la guerra, sino también a los desertores que viven en el exilio. En el mismo sentido se manifestó Louise Ramsom, madre de un soldado muerto

Al terminar el discurso de Carter, que puso fin a la Convención, subieron a la tribuna de oradores todos los antiguos oponentes del candidato en las elecciones primarias que recibieron los aplausos de los delegados. La orquesta interpretó la canción « We shall overcome», utilizada en la lucha por los derechos civiles, que fue coreada por el público, y el reverendo Martin Luther King senior, padre del líder negro asesinado, pronunció la oración final con la que se cerró la Convención Nacional Demócrata, que fue calificada como la más positiva de las celebradas en las últimas décadas.

Los demócratas, en efecto, aparecen unidos y seguros de sí mismos. Como dijo uno de los oradores, tienen la suficiente fuerza y capacidad innovadora para poner término a los ocho años de Administración republicana que, aseguran, llevaron a los Estados Unidos a una de las peores crisis de su historia. Carter y Mondale inician con fuerza su carrera hacia la Presidencia.

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