Manifestación pro amnistía en Guadalajara

Para pedir la amnistía política y laboral, al menos dos mil quinientas personas se manifestaron pacíficamente durante la tarde de ayer en Guadalajara, en un acto autorizado por los organismos gubernativos.La manifestación -que se desarrolló en una media hora sin registrarse incidentes ni detenciones- consistió en una marcha pacífica que partió desde la Puerta de la Concordia, para seguir por la plaza de Bejanque y concluir junto a la iglesia de Santa María. Durante todo el trayecto, los manifestantes permanecieron en silencio, salvo en su inicio y en su término, momentos en los que Francisco Palero, miembro de la Unión de Trabajadores y Técnicos de Químicas, se dirigió a los asistentes; primero, para referir las instrucciones de las autoridades respecto al acto, y luego, para solicitar la disolución ordenada de la manifestación, tras señalar el comienzo, en Guadalajara, de una nueva etapa.

La presencia de trabajadores fue mayoritaria, si bien acudieron estudiantes y profesionales de ambos sexos. Se exhibieron alrededor de 25 pancartas, cuyos textos -algunos de ellos rubricados por las representaciones sindicales de las fábricas del polígono industrial de Guadalajara, de Brihuega, Azuqueca y otras localidades de la provincia- reclamaban amnistía y readmisión de despedidos. Algunos adolescentes lucían pequeños gorros de color verde, satinados, donde aparecía escrito el término amnistía, al igual que sobre los brazaletes del servicio de orden interno de la manifestación, formado por algunas decenas de jóvenes, que velaron por el desarrollo pacífico y ordenado del acto.

Recientemente, el delegado de la organización Fuerza Nueva emitió un comunicado a la prensa en el que se afirmaba que no habría actitudes encontradas, respecto a la manifestación, por parte de la organización a la que pertenece.

Antes de la celebración del acto, las autoridades cambiaron el trayecto inicial de la manifestación, cuyo recorrido habría incluido su paso frente al Gobierno Civil de la provincia, en el paseo de Fernández Iparraguirre, conocido bajo la denominación de Tres Cruces.

Minutos antes de finalizar el acto, los asistentes corearon Viva la amnistía y se disolvieron pacíficamente por las calles de Ingeniero Mariño, Ramón y Cajal y Cuesta de San Miguel, sin que en ningún momento intervinieran las fuerzas del orden.