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Faltan guarderías baratas

El desarraigo que supone el cambio de guardería en los niños en edad preescolar, la falta de guarderías específicas para estos niños y el caudal de problemas domésticos que esta diferenciación comporta, son algunas de las cuestiones recientemente tratadas durante una reunión de cabezas de familia que irá seguida de gestiones ante los organismos competentes.

Varias decenas de personas que tienen hijos alojados en la red de guarderías infantiles del Ministerio de Trabajo se reunieron el pasado jueves en un local de San Blas para discutir la medida, recientemente adoptada por este departamento, de estimular prioritariamente el desarrollo de los centro que albergan niños de edad inferior a los cuatro años.Según una resolución de 1 de junio de este año, la Dirección General de Servicios Sociales amplió la Orden Ministerial de 24 de enero de 1976 referente a ayudas a guarderías infantiles, pero las subvenciones -a juzgar por la opinión de los reunidos- se polarizan sobre aquellas que cobijan a los niños más pequeños, con lo cual los de mediana edad han de ser cambiados varias veces de guardería antes de comenzar el primer curso de Enseñanza General Básica.

Muchos padres de estos niños entienden que la medida les perjudica a éstos en su desarrollo afectivo y relacional; al quedar interrumpida, con los cambios, la estabilidad de amistades y de ambiente que alcanzaron hasta cumplir los cuatro años. Estiman lesiva esta discontinuidad para la etapa de aprendizaje infantil y consideran necesaria su convivencia conniños de otras edades inferiores, para que se desarrolle armónicamente su formación.

Asimismo y desde la perspectiva práctica, escasean las guarderías de cariz preescolar, hay grandes dificultades para lograr plazas para los niños cuyas edades oscilan entre 4 y 6 años y de esta situación se derivan dificultades, insuperables a veces, para los hogares donde los dos cabezas de familia trabajan.

Diversificación

En función de que muchas familias tienen hijos en edad de acudir a guarderías y de edades distintas, la medida comporta una diversificación de centros que implica desplazamientos dobles o triples según los casos, para los padres que han de acudir a recogerlos.En cuanto a calendarios y horarios, la opinión generalizada entre muchos cabezas de familia, acepta que los de la gran mayoría de los jardines de infancia se ajustan a los laborales de la población trabajadora, en relación a las vacaciones, entradas y salidas. Sin embargo, las guarderías preescolares suelen regirse con horario y vacaciones diferenciados del laboral, al parecer, las vacaciones son más largas y se dan desajustes en los plazos diarios.

Además estiman que si bien esta situación se da con frecuencia en niños de edad escolar, su grado de responsabilidad y auto-cuidado suele ser superior al que tienen los niños de edades entre 4 y 6 años, que no pueden acudir sin compañía a los centros preescolares.

En sustancia, no se impugna la subvención dirigida a las guarderías infantiles en general, tan necesitadas de protección oficial sobre todo en aquellas que albergan niños cuyos padres trabajan durante todo el día; lo que estos padres piden es el apoyo paralelo a los centros preescolares en caso de que esta escisión sea considerada irreversible o bien que desaparezca la discontinuidad que causa desarraigo en los niños a los cuatro años, obligatoriamente separados de los centros donde ya habían desarrollado un primer ambiente afectivo, social. Asimismo, solicitan que la entrega de subvenciones se realice con la celeridad adecuada, al objeto de deshacer la inseguridad que pesa sobre ellos cuando con frecuencia, se démoran las aportaciones económicas y se ponen en cuestión el futuro y la viabilidad de las guarderías. Con todo, quisieran ser consultados antes de que los organismos competentes planifiquen estas ayudas, de estancia de los niños en los centros, por lo cual cunde cierta preocupación. al verse obligadas algunas familias a dejar a los niños solos en las casas, durante algunas horas del día.

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