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Terminan las entrevistas entre Kissinger y Vorster

El secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, y el primer ministro sudafricano John Vorster, terminaron ayer sus conversaciones en la región alemana de Baviera. Coincidiendo con estás entrevistas, la URSS lanzó un duro ataque a la política racista de Sudáfrica y las autoridades de Johannesburgo prohibieron cualquier honra fúnebre por los caídos en Soweto.

Al igual que el miércoles, rodeados de grandes medidas de seguridad, el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger y el premier sudafricano John Vorster sostuvieron ayer una segunda ronda de conversaciones.El miércoles, Kissinger fue recibido en Munich por una manifestación de varias decenas de jóvenes que protestaban contra la política seguida por las dos grandes potencias en el continente africano y particularmente por la presencia del primer ministro de Sudáfrica, Vorster, en la República Federal.

También el miércoles, primer día de conversaciones entre el secretario norteamericano y el dirigente blanco de Sudáfrica, un diputado socialdemócrata envió una carta a John Vorster en la cual se le pedía que en contraprestacion a su estancia en Alemania Occidental, dejara en libertad a los presos políticos que hay en la República Sudafricaña.

En las conversaciones de ayer, Vorster y su séquito llegaron en helicóptero de la residencia balnearia de Bodenmais hashta un hotel cercano a Grafenau donde se alojó Kissinger, lugar de reunión para las entrevistas.

Los términos en que se desarrollaron las entrevistas, que concluyeron ayer, permanecen en secreto, pero los periodistas que cubren la información del encuentro Kissinger-Vorster sostienen que los temas tratados fueron la independencia de Namibia, la situación concreta en Rodesia y Sudáfrica, y el momento político general de Africa meridional.

Kissinger llegó en la noche del jueves a Londres y hoy pronunciará una conferencia en el Instituto de Estudios Estratégico.

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Relacionado con el tema de la segregación racial en Sudáfrica y coincidiendo con la primera entrevista entre Kissinger y Vorster, la Unión Soviética condenó el miercoles las muertes ocurridas la semana pasada en las comunidades negras que habitan el llamado cinturón negro de Johannesburgo, a la vez que pidió el abandono de la política racista seguida por e1 régimen de Pretoria.

La agencia de noticias soviéticas Tass, difundió ayer un comunicado en el que se decía que «la tragedia de Soweto es consecuencia de la inhumana política de discriminación racial, de opresión y de supresión de la población africana, que ha sido legalizada y viene siendo aplicada constantemente por el Gobierno de Africa del Sur».

Precisamente, en relación con Soweto, el juez supremo de Johannesburgo prohibió ayer cualquier acto funerario por los profesores y alumnos muertos en los disturbios raciales de la semana pasada en esta ciudad.

El director de la escuela de Soweto dijo que el juez había prohibido también todos los planes hechos por los alumnos para la celebración de funerales por sus compañeros muertos.

Vinculado al tema sudafricano, nuestro corresponsal en Londres nos comunica que seis diputados laboristas dirigieron ayer una carta al presidente francés, Giscard d'Estaing, en la que explican su preocupación por las informaciones según las cuales, Francia está dispuesta a enviar reactores nucleares a Sudáfrica.

Los diputados mantienen que este envío permitiría a Sudáfrica convertirse en una potencia nuclear, lo que serviría a su vez para que el régimen racista de minoría blanca continuase fortaleciendo su política de apartheid.

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