La OIT estudia la crisis de la profesión de enfermería

La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, trató ayer el tema de la crisis que está atravesando la profesión de enfermería en el mundo, reconociendo que exige, actualmente, la adopción de medidas internacionales.Según un despacho de la agencia Efe, el problema central a resolver es la demanda y escasez de personal de enfermería, provocadas por el crecimiento mundial de los servicios de sanidad. Esta escasez, por otra parte, ha entrado en colisión con la tendencia de ciertas autoridades hospitalarias a reducir al mínimo su personal, como consecuencia de la recesión económica.

Los trabajadores de este sector están recurriendo a la huelga como medio de defensa de sus iintereses, según se ha puesto de manifiesto en Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Canadá, Israel o, últimamente, España.

Según la OIT, la crisis es tan aguda que se hace necesaria su intervención para paliarla, mediante la elaboración de nuevas normas internacionales que beneficien a la profesión.

La OIT ha estudiado tres problemas básicos a tener en cuenta:la insatisfacción profesional, la baja remuneración y el exceso de trabajo.

El primero de ellos se derivaría de un aumento en los niveles de responsabilidad y de la imposibilidad de obtener licencias por estudio y perfeccionamiento profesional.

Diversas investigacione; realizadas, demuestran, por otra parte, que los enfermeros y enfermeras diplomados ganan menos, al iniciar la carrera, que otros sectores laborales menos cualificados.

En cuanto al exceso de trabajo, se informó que en la mayor parte de los países, la jornada laboral incluye un número de horas extras ilimitado, a lo que se agrega un descanso semanal considerado insuficiente.Según lo estudiado por la OIT, la crisis actual es profunda y se hace necesario que las legislaciones nacionales sienten los requisitos básicos de capacitación y reglamenten la supervisión del proceso educativo. Los programas de educación permanente deben ser parte integral de la formación profesional, restringiéndose su práctica a las personas autorizadas.

La remuneración debe fijarse en función de las necesidades, calificaciones, experiencia, responsabilidad y riesgos de la profesión, y debe tener un nivel comparable al de otras que entrañen riesgos equivalentes o exijan similar capacidad.

Por último, se considera que los horarios normales de trabajo no deben exceder de ocho horas diarias o de doce, si se cuentan las extraordinarias.