La rotura del Canal Imperial arruina para dos años una fértil vega aragonesa

Más de 400 hectáreas de cultivos inundadas y pérdidas incalculables, así como caminos y acequias destruidas por el agua ha sido el triste colofón a las fiestas de San Francisco de Padua, que celebraban los habitantes de la localidad zaragozana de Gallur, situada al noroeste de la capital aragonesa.

Todo empezó el jueves, a las tres de la tarde, cuando un agricultor que faenaba en los alrededores observó cómo se producía una grieta de 40 metros de longitud en el Canal Imperial de Aragón que atraviesa la comarca.Rápidamente las aguas lo fueron invadiendo todo: trigo a punto de recoger y cultivos de huerta tales como tomates, remolacha, pimientos y otros se echaban a perder.

Más de 400 agricultores, dada la parcelación del terreno en esa Zona, han resultado afectados. Aproximadamente la mitad de la huerta alta de Gallur desapareció bajo las aguas.

Las causas del siniestro no están muy claras todavía. Se apunta la inconsistencia del terreno y las numerosas madrigueras de raposas abundantes en el lugar, como causas probables. Lo cierto es que se habían venido observando infiltraciones de agua desde hace tiempo y que se comentaba la falta de consistencia en la construcción del canal.

Hace cuatro años que ya se había producido una rotura, aunque de menor importancia, más cerca del pueblo. Si ahora la rotura llega a ocurrir en el tramo que atraviesa Gallur las consecuencias hubieran sido mucho más graves, dada la fuerza y el volumen del agua desbordada.

Consecuencias imprevisibles

El metro y medio de agua que cubre en estos momentos los campos de la comarca de Cállur no son sino un aviso importante en comparación con lo que hubiera podido suceder si la grieta hubiera sido mayor todavía, o si la rotura fuera de difícil reparación.Es preciso tener en cuenta que el Canal Imperial de Aragón que comienza en la localidad navarra de Tudela y que atraviesa prácticamente toda la comarca zaragozana sirve, entre otras cosas, para dar de beber a los habitantes de la capital aragonesa.

Cuando ayer el gobernador civil de la provincia se reunía junto con el presidente de la Cámara Oficial Sindical Agraria, con los agricultores afectados y visitaban la zona del siniestro fueron advertidos de la importancia del hecho.

Si en tres días, fecha prevista por el propio gobernador, no se soluciona, si el canal continúa cerrado -medida que se adoptó en cuanto fue conocido el siniestro-, no sólo los agricultores de Gallur y de las comarcas vecinas van a pagar las consecuencias, en estos momentos en que el agua es especialmente importante para la agricultura. Los mismos zaragozanos pueden tener problemas de abastecimiento de agua.

Soluciones definitivas

Pero lo que hace falta, como le expusieron los agricultores al gobernador civil, no es que se tape la grieta momentánea y rápidamente. La solución está en revestir todo el canal sólidamente para evitar nuevas catástrofes de proporciones semejantes.De momento, hasta 30 camiones, algunos de ellos del Ministerio de Obras Públicas, cuatro excavadoras y un tractor oruga están trabajando intensamente para cumplir el plazo fijado. Proceden en su mayor parte de las obras de la autopista del Ebro que se está construyendo en las proximidades.

De cualquier forma, los agricultres aragoneses, tan poco dados al optimismo con respecto a las aguas, aseguran que en dos años no se podrán recuperar las tierras inundadas para que rindan como hasta ahora.

Las Cajas de Ahorro ya se han apresurado a ofrecer créditos.