Los peligros de la falsa izquierda
Hasta la retirada de Salazar, pudo creerse que la derecha española era la más estúpida de Europa. El caetanismo demostró que, en estas lides, la derecha portuguesa se llevaba la palma triunfal. Merced a tamaña estulticia, el izquierdismo tuvo en el vecino país un auge pasajero, pero que ha tenido el panorama posterior. Así, por ejemplo, en Portugal, la negra derecha se denomina «centro» y el socialismo marxista hace de baluarte del la moderación; en una palabra, las coordenadas de la política portuguesa se han desplazado hacia la izquierda y su centro de gravedad ha de situarse lejos del continuismoTal es el modeloque obceca a numerosos políticos españoles y po precisam, ente a los izquierdistas. En este país, por suerte; no se ha producido un proceso análgo al portugués pero desgraciadamente, tampoco existe otra aspiración que el mejorar de condición -desde la, propia inercia y evitar cualquier tipo de aventura. Se trata de una más entre otras muchas malas cualidades nacionales, acentuadas por nuestro Crecimiento económico Ae los últimos años-verdaderatragedia- histórica- y una criminal reducación anticiudadana. Entenderlo así no es nada grato: y, como los- arcanos de la Escritura,..-,«no está al alcance de todos»; pero aceptar la dura realidad es, probablemente, la única manera de, llegar a dominarIa. Por ello, los sectores más lúcidos de la verdadera izquierda española saben cuán poco pueden esperar de la proxima confrontación electoral y quienes, por encima de todo, colocamos la libertad, y a los conformaríamos con que la más oscura reacción" disfrazada de continuismo, no accediera democráticamente al poder tras los comicios.
Sin embargo este hecho a todas luces evidente, sigue oculto, numerosos políticos "centristas" hoy fuera del poder y que podrían aspirar racionalmente a él para, tras las elecciones, estabilizar la democracia en España. Basta leer los programas o detenerse críticamente ante las actitudes de los políticos políticos que pululan a la derecha del socialismo parasonreír ante su ingenua demagogia. ¿Se puede, acaso, movilizar esa especie de prostituta respetuosa que es nuestra mayoría silenciosa, si no se engarzan todos los tópicos que van desde la «explotación» hasta la, «revolución»?
-Sonre ir y temer. Porque_la retórica que a nadie convence es muy Capaz de asustar a una potencial -clientela- de- la premeditación de empujarla hasta los defensores de la más cataléptica quietud:
En Portugal ta vez, a consolidación de acción de la democrácia, exige, un apartamento al menos retórico, del inmediato, pasado social. En España y constatar o no es precisamente, un elogio-, la democracia no será admitida por una mayoría educada desde y para la cobardía si no se le garantiza la estabilidad social. Cosa tal no quiere decir ausencia decir lo ausencia de cambio; quiere decir ausencia de riesgo; cambio en seguridad. Y cualquier reconocedor de nuestro pueblo, muy disntate, por cierto, de los estudiantes vagos, aconseja subrayar lásegunda palabra.
Proporcionar una no muy brillante sensación de seguridad exige sacrificios a todos, pero en primer lugar de quienes se inclinan por razones éticas y estéticas-, sin duda válidas, a abominar,de un pesado usto como, feo y pesado como una losa de granito. Esquivarlo requiere tanta astucia como paciencia.
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