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Sotil, de la cumbre al abismo

De la cumbre al abismo. Así se podría calificar la trayectoria futbolística en España de Hugo Sotil, contratado por veinte millones de pesetas hace tres años y que fue ídolo indiscutible en su primera temporada. Se le llegó incluso a pasear a hombros cuando conquistó la Liga, y en la calle los cazadores de autógrafos no le dejaban en paz. Sólo Cruyff estaba por encima de él. Pero de aquel futbolista famoso y querido no queda ni rastro. Hoy, Sotil permanece marginado y la afición ya no lo quiere. Las últimas noticias sobre un posible traspaso a otro club -incluso sonó el nombre del Real Madrid-, no han sembrado ninguna inquietud porque su destino no preocupa a nadie.

El de Sotil es un triste caso. Tras su primera y rutilante temporacia, vino el ostracismo de la segunda, cuando el Barcelona fichó a Neeskens. El peruano pagó su despecho con una absoluta relajación de su vida profesional. Se le veía asiduamente en nights clubs, boites y pubs, y hasta altas horas de la madrugada. Su forma física fue en continuo deterioro. Esta última temporada, ya nacionalizado español, en lugar del triunfo que se esperaba de él, se produjo el gran fracaso. Weisweiler dejó de contar enseguida con el peruano y colocó a Fortes en su puesto. Con Laureano Ruiz no tuvo mejor suerte, pese a jugar los dos primeros encuentros. Después, otra vez la grada.

El Barcelona tiene mala conciencia con Sotil y le acaba de renovar contrato esta misma semana por un año. El jugador ha hecho por enésima vez renovada fe de buena conducta, pero lo cierto es que nadie se lo puede creer. Michels le conoce bien y quiere ayudarle, pero a sus 29 años Sotil acusa los excesos de una vida disipada y su forma física es deficiente. Mientras no se demuestre lo contrario, esta última condición es irreversible.

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