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Diputado neofascista italiano privado de inmunidad parlamentaria

El caso del joven comunista asesinado en Sezze sigue acaparando el interés político de Italia a partes iguales con el desarrollo de la campaña electoral, amenizada con el discurso de Enrico Berlinguer en París. Después que fuese condenado el carabinero-espía Francesco Troccia el pasado jueves, ayer el Parlamento concedió la autorización solicitada por el juez de Latina para proceder contra Alessandro Saccucci, sin duda, el más importan te implicado en la muerte del comunista Luigi di Rosa.

El juez solicitó a principios de semana que le fuese retirada la inmunidad parlamentaria a Saccucci (diputado por el MSI-neofascista) para detenerle bajo la acusación concreta de estar involucrado en la muerte de Di Rosa.Los problemas no acaban aquí; el juez de Latina ya ha cursado la pertinente orden de arresto contra Saccuci, pero el diputado misino, que fue detenido el lunes pasado cuando intentaba escapar a Suiza, se ha evadido de nuevo. En la frontera no se le pudo retener por gozar aún de inmunidad parlamentaria, y ahora presumiblemente se encuentra en Francia, donde había llegado a bordo de un avión privado.

Un padre de la República, Pietro Nenni, voz autorizada y respetable, ha puesto en guardia contra toda fómula de Gobierno preconcebida, insistiendo en que se puede ir a la izquierda, «aunque los comunistas queden fuera». Para hacer frente a la hegemonía no sólo de la democracia cristiana, sino «de los partidos más fuertes» es decir el Comunista, sería preciso que aumentara la fuerza del Partido Socialista hasta llegar a ser como en 1946 el segundo partido italiano.

Por su parte, Moro trata, sobre todo, de que el ataque a la democracia cristiana no sea concéntrico desde todos los partidos, y por eso se ha lamentado ayer en Ancona del ataque indiscriminado de los Partidos Laicos, Republicano Liberal y Socialista Democrático, «que han sido y tendrán que ser, después de las elecciones, aliados de Gobierno del mayor partido italiano». Moro niega con fuerza que hegemonía democristiana y hegemonía comunista puedan figurar al mismo nivel y ser igualmente nefastas.

Mientras, el Comunista Giancarlo Pajetta ha recordado en Trieste por enésima vez a los democristianos, que más de una vez se ha servido del voto de los neofascistas. Los comunistas no quieren ni siquiera dar el apoyo externo a cualquier coalición de Gobierno, quieren simplemente, gobernar.

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