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Andalucía necesita 325.000 puestos de trabajo

Los planes oficiales de lucha contra el paro en Andalucía y Extremadura no resultan eficaces en opinión de los Consejeros de Trabajadores de las provincias de ambas regiones. Después de la reunión celebrada en Granada los consejos insisten en la necesidad de que se precisa la creación de 350.000 puestos de trabajo.

«En Andalucía existen 230.700 trabajadores parados y 51.300 temporeros sin trabajo, que sobre la población activa suponen nada menos que el 14,2 por 100, cifra que es más del doble del promedio nacional. Andalucía aporta el 34 por 100 del desempleo nacional, y las cinco provincias en número de parados son andaluzas. Además, las posibilidades de reducirlo a corto plazo no son halagueñas. Los planes de lucha oficia les contra el paro andaluz, aun presentados con gran alarde, suponen un tímido enfrentamiento con el problema y en modo alguno pueden solucionarlo. En Andalucía se necesitan no menos de 350.000 puestos de trabajo, cifra en la que no está considerado ni el subempleo ni el paro estacional, ni la oferta de empleo de la mujer andaluza, hoy mayoritariamente en casa ante las escasas posibilidades de acceso al trabajo profesional». Así se expresan los Consejos de Trabajadores de Andalucía y Extremadura con ocasión de su reunión de esta semana en Granada donde ya en enero de 1975 dieron un primer «grito de alarma», sobre la situación económica y social. Los problemas de ambas regiones son harto similares. El estudio elaborado por los Consejos de Trabajadores extremeños, destaca que: «lo grave de la situación socieconómica extremeña no es sólo que la región sea la menos desarrollada del país, sino que la tendencia es la de una acentuación de los indica dores del subdesarrollo. En caso de persistir su indudable declive, Extremadura entrará -probable niente esté entrando ya-, en una situación irreversible». «Andalucía ha llegado al límite de su marginación, al tiempo que buena parte de sus recursos están ociosos, otros están despilfarrados o sirven intereses ajenos a la región», constatan los representantes oficiales de los trabajadores andaluces, que sin embargo, no ocultan que «nunca ha existido en la región una mayor conciencia solidaria, unas mayores ansias de abandonar el subdesarrollo, una mayor inquietud social. Hoy, los trabajadores andaluces quieren hacer expresión de su conciencia y su sentir regional, un regionalismo integrador y sin literatura, pero con la conciencia muy clara de la injusticia cometida con Andalucía». «La oligarquía andaluza, la clase dominante y el poder público que no la ha encauzado y corregido, son los grandes culpables de las deficiencias estructurales de nuestra región. No es que la causa de nuestros males sean los últimos años, pero sí es cierto que en los mismos no se ha hecho casi nada por remediarlos». El éxodo andaluz, las estructuras anquilosadas de la agricultura, la inexistencia de industrias (e incluso la desindustrialización en algunas provincias), son analizadas en estos estudios.

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