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El secuestrado y sus secuestradores no han salido de Gran Canaria

Fuentes policiales garantizan que no hubo posibilidad de que secuestradores y secuestrado hayan abandonado la isla, aunque no especifican las razones que les asisten para tal afirmación.

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Como quiera que los investigadores que tratan de hallar el paradero del secuestrado guardan hermética reserva, abundan las especulaciones. Una de ellas es la de que los secuestradores habían actuado movidos por alguna venganza en relación con conflictos laborales en la empresa Favorita, de la que don Eufemiano es principal accionista, aunque esta teoría parece descartada, ya que círculos laboristas canarios desconocen la existencia de tensiones graves en el seno de la fábrica de tabacos propiedad de la víctima de este suceso.No obstante, la policía solicitó una relación completa de la plantilla de la empresa tabaquera y parece que se investiga particularmente el caso de los empleados que faltaron al trabajo en los últimos días, y muy especialmente el de tres que no acudieron ayer.

En cuanto al desarrollo de los hechos, en el domicilio del secuestrado, se comenta que los secuestradores que penetraron en el dormitorio fueron dos y no uno sólo como se aseguró en principio. Parece ser que uno de ellos advirtió a don Eufemiano y a su esposa que en el portal de la casa aguardaban otros dos asaltantes, lo que, de ser cierto, supondría que el secuestro fue llevado a cabo al menos por cuatro personas.

Un posible testigo

Un redactor de Diario de Las Palmas asegura conocer la existencia de un testigo ocular de la huida de los secuestradores con su víctima. Se trata de un vecino de la localidad de Santa Brígida, que camino de su trabajo pasó en su furgoneta por delante de la puerta de la finca en que habita el matrimonio Fuentes-Naranjo, en el preciso instante en que don Eufemiano, «en bata y con gran serenidad», según ha dicho, procedía a abrir la verja que cierra el acceso a la finca. En el interior del automóvil, este testigo creyó detectar la presencia de otras dos personas, una de las cuales se hallaba sentada al volante del Cadillac, creyendo que se trataba de la urgente evacuación de un enfermo. La explicación de que fuera el propio don Eufemiano quien abriera la verja puede basarse en que la misma cuenta con tres dispositivos de alarma. Los secuestradores, en ese caso, conocerían este dato, por lo que habrían obligado a su víctima a desconectar el dispositivo de alarma y abrir la verja con el fin de poder abandonar la finca con el automóvil.

Móviles politicos

En cuanto a las condiciones de pago del rescate de 900.000 dólares unos 60 millones de pesetas exigidos por los asaltantes, cifra que está dispuesta a pagar la familia, se ha sabido que éstos han ordenado que el dinero se deposite en alguna entidad bancaria del extranjero. No obstante, el Ministerio de la Gobernación en una nota hecha pública, se opone rotundamente a que se efectúe cualquier tipo de negociación con los autores del hecho.

Un soldado que esperaba a un compañero una hora después de haberse perpetrado el secuestro, asegura, por otra parte, que vio en las inmediaciones donde fue encóntrado el Cadillac de don Eufemiana Fuentes, cómo un joven muy bien vestido saltaba la verja de una finca y se encontraba con algunas otras personas. No se descarta la posibilidad de que en aquel lugar se reunieran los secuestradores, una vez que se apropiaron de su víctima.

Se insiste en la posibilidad de que los móviles del secuestro fueran de carácter político, puesto que en una nota, dejada en la biblioteca del señor Fuentes, sus secuestradores justificaban el hecho en que el conocido industrial canario no había entregado las cantidades que le pidieron para apoyar a los movimientos que luchan por la independencia de Canarias. En este sentido las principales sospechas recaen sobre presuntos miembros del Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, que fue fundado en Argel, en el año 1963, por el abogado tinerfeño Antonio Cubillo, que se fugó a Casablanca un año antes, desde Tenerife, cuando se encontraba en libertad provisional pendiente de un consejo de guerra.

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