El PSOE apoya el estatuto de autonomía para Canarias

«El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no ha pactado ni pactará jamás una sola limitación de la libertad», terciaría Luis Gómez Llorente, miembro de la Ejecutiva del Partido, durante su conferencia pronunciada ayer en el Ateneo de La Laguna, cuyo recinto se hallaba completamente abarrotado de público de todas las edades y condiciones sociales desde media hora antes de que empezase el acto.Para Luis Gómez, el PSOE debe ser ante todo un partido socialista democrático, en el que la libertad de discusión de sus miembros no ha de estar coartada en ningún momento por afanes autoritarios de unos pocos. Es un partido democrático, desde el punto de vista de su organización interna, pues todos los cargos de la Ejecutiva Nacional, como de los Comités Regionales, Provinciales y Locales, están sometidos -dijo- al control de la mayoría de la base. Las nuevas tendencias de la sociedad española, que encaminan, según afirmó, por derroteros de organización federal, obligará al partido a estructurarse unitariamente pero respetando la necesaria autonomía e independencia de las federaciones regionales y provinciales, que son las más llamadas a determinar, en cada caso, las obligaciones del partido respecto a los problemas regionales y nacionales de cada región diferenciada, o de cada nacionalidad de las que integran el Estado español.

El PSOE recibe con gozo el proyecto de estatuto de autonomía elaborado por la federación regional del archipiélago, porque entiende -aseguró el conferenciante- que exige la necesidad de una transformación de la sociedad canaria que está en la conciencia de los habitantes de las islas.

«Ello no obsta para que el partido garantice unas libertades mínimas para cualquiera de las regiones y nacionalidades, y que se relacionan con un mínimo nivel de servicios, derechos y libertades igualitarias a nivel de todo el Estado español y negación de los imperialismos interregionales que sólo producen -son sus palabras- una dependencia de las nacionalidades menos desarrolladas de aquellas otras que, por haber gozado en el pasado de una burguesía más dinámica y emprendedora, poseen hoy un «status» de vida superiora al de las restantes».