El secuestro aéreo filipino terminó en tragedia

El secuestro de un avión comercial de las líneas aéreas filipinas, el segundo que tiene lugar en aquel país en menos de un mes, concluyó el domingo con un balance de 13 muertos, de los cuales tres eran secuestradores.Los autores del secuestro, pertenecientes al movimiento secesionista musulmán del sur del archipiélago, volaron el avión con una granada después de que la policía intentase asaltar el aparato alegando que se había producido una explosión en el interior.

El hecho tuvo lugar en el aeropuerto de la ciudad meridional de Zamboanga, dónde el avión se encontraba detenido desde el viernes. Allí, los musulmanes miembros del comando que secuestró el aparato habían exigido una suma de dinero, la libertad de compañeros detenidos y un avión para abandonar el país.

En el tiroteo que se produjo entrelos secuestradores y la policía, y en la explosión que después destruyó prácticamente toda la aeronave, resultaron heridas otras 22 personas. Uno de los muertos fue identificado posteriormente como el jefe del grupo que había secuestrado el avión.

Considerada como ejemplar por las autoridades filipinas, que aseguraron que a partir de ahora ya no habría más secuestros, la intervención de la policía en el aeropuerto de Zamboanga ha sido duramente criticada por los supervivientes de la tragedia.

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