Referéndum pro Bernabéu

Los Madrid-Atlético han sido siempre uno de los partidos del año, pero en la presente ocasión, el interés de la confrontación queda reducido al referéndum pro-Bernabéu que se espera. Deportivamente hay bien pocos alicientes, dado que el Madrid ya es campeón. Paradójicamente, al Madrid le va a costar dinero el haber ganado en Granada.Hace doce días el Madrid era un club en crisis, porque a la eliminación del Bayern había sucedido la victoria del Barcelona y la humillación sufrida frente al Tenerife. La sanción de la UEFA ha servido de reactivo. La sanción de la UEFA ha propiciado un cierre de filas en torno al club y sus hombres. La familia se ha unido ante la desgracia y mañana no se oirá ningún grito contra Bernabéu. Ocurrirá todo lo contrario. Bernabéu, que había llegado a afirmar que si era necesario pediría el consenso mayoritario de los socios para seguir en la presidencia, tendrá, gracias al injusto castigo del organismo europeo, el consenso que deseaba.

De un tiempo a está parte, algunos presidentes se han decidido a adoptar la heroica actitud de pedir la marcha por la senda de la democracia y ellos los primeros. Al cabo de tantos años de placidez, sin que la oposición pudiera tener esperanzas de victoria, porque desde el sillón presidencial se suelen ganar las elecciones, hay quien piensa en la totalidad de los socios y no en la minoría escasamente representativa de los compromisarios.

Porta quiere ser presidente elegido, Montal afirma de vez en cuando que hay que dar voz y voto a todos y Bernabéu, al cabo de más de un cuarto de siglo, piensa en lo mismo.

Yo diría que esto sólo son gestos, porque se sabe que la estructura del deporte español hace inviable la democratización. El dedo sigue apuntando desde arriba.