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De repente, todas temen al tiro plano de Alexandra Eala

La filipina, de 19 años, formada en Manacor y que partía como invitada, irrumpe en las semifinales con un golpeo raso que ha abatido a tres campeonas de Grand Slam

Eala sirve durante el partido contra Swiatek en Miami.
Alejandro Ciriza

Alexandra Eala posaba hace dos años feliz con el birrete y su diploma de graduación; a un costado Rafael Nadal, maestro de ceremonias en el acto que transcurría ese día en su academia y, al otro, la polaca Iga Swiatek, la misma que hoy claudica (6-2 y 7-5) ante la joven que está sacudiendo el torneo de Miami a golpe de efervescencia. Nació en Filipinas, sin huella alguna en el tenis; es joven, solo 19 años; ingresó hace siete en el centro de formación de Manacor, de ahí que se defienda con el idioma; y estos días, como quien no quiere la cosa, ha conseguido fundir a tenistas de la talla de Jelena Ostapenko o Madison Keys —ganadoras ambas de un grande—, además de haber rendido ahora a Swiatek, quien la elogia: “No sabía que le pegaba tan plano, es muy agresiva. Sus tiros salían de la nada y ha restado muy bien. Estaba muy relajada y ha ido a por todas”.

Sin miedo y con decisión, progresa Eala. Si la rusa Mirra Andreeva (17 años) ha marcado el ritmo a lo largo del último mes, con los títulos de Dubái e Indian Wells, en Miami es ella la que porta la bandera de la juventud, se descubre e impacta con un despliegue prometedor. Y eso que llegaba como invitada. Pero ella sueña y sueña. Que no falte ambición. ¿Por qué no? “Desde el principio supe que tenía el nivel suficiente para ganarle”, afirma tras batir a Swiatek y unirse a la belga Justine Henin (2010) y la bielorrusa Victoria Azarenka (2018) como las tres únicas que han alcanzado las semifinales después de haber partido desde esa posición, la de invitadas. “Siempre he sido una gran soñadora. Ganar Grand Slams y ser la número uno son mis objetivos finales. Y creo que este resultado llega en el momento oportuno; tener éxito como júnior no significa que luego vayas a tenerlo como profesional, pero he trabajado duro cada día y confiaba en que llegaría mi momento. Espero que sea este”.

El gran público la descubre hoy, aunque en 2022 ofreció una pista de su potencial con el triunfo en el US Open de las promesas. La secuencia de estos días le ha permitido ascender del puesto 140 al 75 —con la posibilidad de que el salto sea más grande, si la próxima madrugada bate a Jessica Pegula— y quienes la conocen describen a una trabajadora nata, disciplinada, muy tranquila y con hambre. “Me encantaba la garra de Sharapova”, dice. Ella, sin embargo, es zurda y juega con una raqueta similar a la de Nadal. Y la describe para este periódico el tío del mallorquín, presente en el box durante el partido frente a Swiatek.

Eala, entre Nadal y Swiatek en un acto en Manacor (2023). / RAFA NADAL ACADEMY

“Su bola es muy complicada para las adversarias porque juega muy plano”, introduce el preparador. “Eso hace que su pelota bote muy poco y que ese golpe sea muy difícil de contrarrestar. Tiene además buena puntería. Físicamente no era una gran atleta, pero poco a poco va mejorando. No es muy rápida de piernas, pero sí lo es de ojo; resta muy bien y se ha visto ante Swiatek, a la que le faltaba tiempo para llegar a su bola”, detalla Nadal; “tiene un margen de mejora importante con el saque y en los desplazamientos largos le cuesta un poco, pero si continúa mejorando, pronto podríamos verla entre las mejores del mundo. Lleva siete años en la academia y hemos seguido de cerca su evolución, siempre dispuesta al trabajo y sin una sola queja; el comportamiento es ideal”.

Entrenada por Joan Bosch, hizo añicos el segundo servicio de Swiatek —diecinueve puntos de veinticinco para ella— y le arrebató hasta ocho veces el saque a la polaca, que continúa de capa caída. Desde que se anunciara en noviembre su positivo por trimetazidine, la número dos compite alejada de su mejor versión; de hecho, no disputa una final desde que triunfase en la última edición de Roland Garros —diez torneos consecutivos— y este primer trimestre del año se ha topado con el fogonazo de Keys en Melbourne, la pegada de Ostapenko en Doha, la eclosión de Andreeva por partida doble (Dubái e Indian Wells) y, en última instancia, con el presente inmediato y chispeante de Eala. Por tanto, será la filipina quien se enfrente este jueves (no antes de las 1.30) a la estadounidense Pegula, quien cerró el paso a la británica Emma Raducanu (6-4, 6-7(3) y 6-2). La otra semifinal la protagonizarán Aryna Sabalenka y Jasmine Paolini.

“Es extraño, porque muchas cosas han cambiado y al mismo tiempo, nada ha cambiado. Al final, soy la misma jugadora de hace dos semanas”, sella la asiática, el último soplo de aire fresco. Sin renunciar a nada en este sorprendente vuelo de Miami. De repente, todas temen al tiro raso de Alexandra Eala.

DJOKOVIC SE QUEDA SIN JUGAR

A. C.

El duelo entre Novak Djokovic y Sebastian Korda correspondiente a los cuartos de final no se disputó. La razón, el horario. La demora de la jornada fue postergándolo hasta más allá de las 23.00, hora local, por lo que la normativa lo impedía.

Desde 2024, la ATP y la WTA acordaron que no se comenzasen partidos a partir de la hora citada para evitar los trasnoches de madrugada. De este modo, ambos tenistas se marcharon del complejo cerca de la medianoche y debatirán hoy (hacia las 21.30, Movistar+).

Se da la circunstancia de que la organización del torneo programó los cinco partidos del día en la central, en vez de reubicar alguno de ellos en otra pista. Pegula y Raducanu, las últimas en intervenir, finalizaron hacia las 23.20 de la noche.

Por otra parte, no termina de enderezarse Alexander Zverev, de capa caída desde su derrota en la final del Open de Australia. El alemán, dos del mundo, se inclinó ante Arthur Fils (3-6, 6-3 y 6-4) y sigue sin salir del hoyo en el que cayó en enero.

A partir de esa fecha, decepciones sucesivas en las pistas de Buenos Aires (cuartos), Río (cuartos), Acapulco (octavos), Indian Wells (primera ronda) y ahora también en Miami, donde tampoco ha conseguido desplegar su verdadero nivel. El bajón anímico se traduce a su rendimiento.

El alemán, de 27 años, tenía la oportunidad de arrebatarle el número uno al ausente Jannik Sinner, pero lejos de reducirse, la brecha se mantiene. Situado ahora a 2.685 puntos del italiano, castigado por dopaje, solo le valdría triunfar en Montecarlo, Madrid y Múnich, antes de llegar a Roma.

Mientras, Fils se enfrentará este jueves a Jakub Mensik (18.00, Movistar+) y Taylor Fritz y Matteo Berrettini pugnarán por otro billete para las semifinales. Esta jornada lo obtuvo Grigor Dimitrov (6-7(6), 6-4 y 7-6(3) a Francisco Cerúndolo).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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