Así te hemos contado el directo del Djokovic-Alcaraz en los cuartos de final del Open de Australia
Aunque el español ganó la primera manga, el serbio, sensacional en el resto y en los momentos claves, replicó con firmeza para alcanzar las semifinales (4-6, 6-4, 6-3 y 6-4)
Djokovic pudo con Alcaraz después de voltear el encuentro (4-6, 6-4, 6-3 y 6-4). El serbio, sensacional con el servicio y sólido por toda la pista, fue demasiado para Carlitos, que jugó un buen partido pero no le alcanzó ante el mejor restador del circuito y, también, uno de los mejores sacadores.
Como Pedro por su casa, por eso de que ha vencido en 10 ocasiones el laurel de Australia, Djokovic salió a la pista con los nervios atemperados, haciendo gala de su tenis, tan completo como aniquilador. Más agitado andaba Carlitos, sabedor de que nunca ha vencido al serbio en pista dura. Pero Alcaraz, que rinde mejor a mayor reto, regresó a tiempo a la pista para, con paciencia, acabar gobernando el peloteo desde el fondo de la pista y romperle por dos veces, para llevarse el set (6-4). La segunda manga calcó el guion de la primera, pues Nole abrió brecha a las primeras de cambio. Nada que desnortara al español, capaz de volver a poner las tablas (3-3). Pero con el 5-4 y servicio de Alcaraz, el serbio sacó su mejor versión, restos definitivos, tenis agresivo y sin fisuras, juego en blanco, un set para cada uno (4-6).
Con Djokovic metido en el duelo porque ya le había cogido el pulso, el tercer set explicó que el serbio no sufría con su saque al tiempo que el español sudaba tinta con el suyo. Así, aunque pudo salvar el servicio en varias ocasiones, Alcaraz acabó por ceder ante el mejor restador del circuito, condicionado porque no le entraban los primeros saques. Por entonces, Djokovic ya estaba en modo máquina, tenista que no falla, que no ofrece fisuras. Por lo que rompió de nuevo y de buenas a primeras el servicio de Alcaraz en el último set para abrir hueco. Una diferencia que resultó capital y definitiva, pues Nole ya no palideció con la iniciativa, por más que Alcaraz lo intentara de todas las maneras.
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