Andre Agassi: “Con su juego, Alcaraz ha elegido un camino más duro que Nadal”
El estadounidense, uno de los grandes iconos del tenis, reflexiona sobre la retirada del mallorquín y dice que el murciano debe “definir” su línea más allá de la calidad
Andre Agassi (Las Vegas, 53 años) se aproxima a la mesa en la que va a conversar con un grupo de reporteros españoles con esos andares tan suyos, paso corto y silencioso, punteras de los pies ligeramente hacia dentro. “¡Hola!”, dice cortésmente en español. “Ups, el chicle…”, añade conforme rectifica la dirección para deshacerse de la goma de mascar. A continuación, el hombre que derrotó al dragón —ya se sabe, Open, la magnífica autobiografía en la que narra su paso por los infiernos— se expresa de forma pausada y con tono zen, como si estuviera en paz, espiritualmente liberado. Departe y analiza Agassi con la experiencia del que lo ha ganado casi todo, convertido desde hace tiempo en uno de los iconos sacros de la historia del tenis. Dan fe la cima, ocho grandes títulos, un oro olímpico y su exquisita propuesta sobre la pista. Más allá de un breve experimento con Novak Djokovic en los banquillos, no se deja ver excesivamente por el circuito, aunque esta vez actúa como maestro de ceremonias en la cita organizada por Netflix que enfrentó anoche a Rafael Nadal y Carlos Alcaraz (3-6, 6-4 y 14-12 para el segundo) en el Michelob Ultra Arena.
Sabe Agassi perfectamente de lo que habla. Conoce bien esos vértigos que asoman cuando un campeón está cerca de la despedida, y trata de explicar qué puede estar sintiendo el mallorquín, a la vez que elogia las portentosas cualidades del joven que ya está aquí, tratando de hacerse con el volante de mando de su deporte. “Todavía recuerdo qué significa tener 20 años y todo el futuro por delante, y también llegar a ese punto de mi carrera en el que tenía detrás a Roddick [número uno en 2003]... No sabía cuánto tiempo me quedaba o cuándo iba a terminar la historia”, introduce el estadounidense, que colgó la raqueta en 2006, después de dos décadas en la élite. Durante el trayecto se midió un par de veces con el entonces joven Nadal, en Canadá y Wimbledon. Y recuerda sobre el episodio de Londres, a las puertas ya de su retirada: “Solo puedo decir que no hay nada peor que tener un reloj corporal que te dice que te queda poco tiempo en el tenis, y levantar la cabeza y ver a Rafa al otro lado de la red”, precisa. “Jugábamos sobre hierba, y eso en principio podía ser bueno para mí, pero su físico ya era demasiado dominante. Él siempre ha sido muy amable, pero muy poco generoso”, apostilla con buen humor.
Ahora es el español quien se acerca el final y Agassi se suma al sentir generalizado, a ese temor a que el físico pueda decidir en lugar de la persona. “Rafa se merece acabar cuando y donde quiera. Solo espero que su cuerpo le permita hacerlo. Él le ha exigido mucho a lo largo de estos años, y al final todos vamos extendiendo cheques que se pueden cobrar en algún momento. Ya se sabe, a veces llega un momento en el que ya no nos escucha. Pero él [Nadal] es inteligente. Tiene experiencia y creo que puede negociar durante un periodo de tiempo para despedirse con sus propios términos. La experiencia de haberle visto todos estos años me dice que no lo hará hasta que vacíe la última gota de su tanque”, apunta Agassi, el hombre que sostuvo una hermosa rivalidad a dos bandas con Pete Sampras en los noventa y que define el dilatadísimo pulso de Nadal, Federer y Djokovic como “un milagro”, puesto que “cada uno aportó algo único a este deporte” y el choque a tres “ha sido un regalo para todos nosotros”.
Ahora, se sospecha que Alcaraz y el italiano Jannik Sinner pueden recoger el testigo de esa acción-reacción tan necesaria en el relato del tenis. “Tiene todos los ingredientes para distinguirse, por eso estamos tan expectantes, pero al mismo tiempo nadie debería dar esto por seguro”, previene. “Hace muchas cosas mejor que los demás, pero ahora debe definir y construir su juego para hacerlo único. Y debe hacerlo sobre una base sólida, no sobre una que te obligue únicamente a jugar todo el rato de forma espectacular; creo que esa es una de las razones que Nadal, Federer y Djokovic han tenido en común. Ellos no tienen que tener un gran día porque saben que esa base es suficiente y pueden confiar en ella. Eso es muy importante a lo largo del año y en el transcurso de una carrera”, prolonga Agassi, que ha mantenido un par de encuentros privados con el murciano y lo define como un chico “increíblemente auténtico”.
Preguntado por EL PAÍS sobre la comparación con el Nadal de 20 años, cierra con una interesante reflexión: “Rafa nunca asume ningún riesgo que no pueda asumir; si alguna vez lo ha hecho, ha sido porque le han obligado a ello. Siempre ha encontrado la manera de hacer lo que tiene que hacer, dentro de un partido, de un punto, de un golpe. Conocía muy bien su juego y su mente. Ha controlado su destino minuto a minuto, desde que entró en esto, mientras que Carlos está eligiendo un camino más duro, el de hacerlo espectacular cada 10 segundos. Es genial para el juego y genial de ver, pero, ¿es lo más eficiente? Está tan dotado que es capaz de conseguirlo, puede hacerlo. Pero, mejor, ya lo hablaremos cuando tenga 25 años”.
GASOL: “DEBES PENSAR EN LA PRÓXIMA ETAPA DE LA VIDA PARA NO HACERTE DAÑO”
Pau Gasol ha sido otro de los invitados de lujo por la organización del evento. El exbaloncestista, de 43 años y retirado desde octubre de 2021, selló su extraordinario viaje profesional con 41, cuatro años más de los que tiene hoy Nadal.
Ambos se conocieron hace más de una década, durante el rodaje de un anuncio de la firma Nike, y desde entonces guardan una estrecha relación. Antes del pulso entre su amigo y Alcaraz, el legendario pívot del Barcelona y los Lakers analiza en un pequeño corrillo el difícil momento por el que atraviesa Nadal.
“Rafa está trabajando para acabar disfrutando, y no sufriendo. Los últimos años le hemos visto sufriendo y luchando para poder jugar un poco más, porque es un tremendo competidor, así que le gustaría jugar más tiempo”, responde; “a mí también me hubiera gustado jugar un par de años más, pero a la vez miras todo en perspectiva y te das cuenta de todo el tiempo que has podido jugar a un altísimo nivel, y tienes que empezar a pensar en la próxima etapa para no hacerte un daño que pueda condicionar el resto de tu vida”.
“Deseo que pueda disfrutar en Indian Wells y después en la gira de tierra, y que llegue bien a Roland Garros, que es su torneo por excelencia. Creo que también le harían ilusión los Juegos. A partir de ahí, paso a paso y a ver cómo va respondiéndole el cuerpo”, zanja el catalán.
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