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“Coco Gauff está encontrando su identidad”

El técnico de la estadounidense, Pere Riba, analiza la evolución de su jugadora, un sólido proyecto de número uno que empieza a asentarse en las alturas con 19 años

Coco Gauff
Pere Riba supervisa un entrenamiento de Coco Gauff en Nueva York.Matthew Stockman (Getty Images)
Alejandro Ciriza

Sentado en una de los salones del hotel en el que se aloja, muy cerca de Central Park, Pere Riba (Barcelona, 36 años) cuenta qué significa dirigir los pasos de una tenista con tanta proyección y tanto impacto mediático como Coco Gauff. A sus 19 años, la estadounidense es mucho más que una jugadora que sigue abriéndose paso en las alturas y que va a disputar su primera final del US Open. Es una marca, una embajadora. Retirada Serena Williams desde hace un año, Estados Unidos considera que ella es el siguiente eslabón de la gran cadena de éxitos del tenis norteamericano, tristón desde el declive de la campeonísima y a la espera de que la joven de Florida rompa definitivamente.

Riba llegó a ser el 65º del mundo y dejó de jugar a los 30 años. Siguió ligado al tenis y tras entrenar a Roberto Carballés y Pedro Martínez, se alió con Varvara Lepchenko, Qinwen Zheng y ahora con Gauff. El padre de esta última –6-4 y 7-5 a Karolina Muchova en dirección a la final de hoy (22.00, Movistar) contra Aryna Sabalenka (0-6, 7-6(1) y 7-6(5) a Madison Keys)– seguía de cerca al técnico y tras una conversación telefónica, él y la jugadora se pusieron manos a la obra. No parece casualidad que su llegada al banquillo, en junio, haya coincidido con un repunte que se hacía de rogar. Antes de aterrizar en el US Open, Gauff ganó los dos torneos más importantes que constan en su expediente, Washington y Cincinnati, y ahora jugará su segunda final de un grande tras la perdida el año pasado en Roland Garros.

Analiza Riba, consciente de que tiene entre sus manos un diamante; el mismo que captó Roger Federer a través de su agencia de representación (Team8) y que con solo 15 años impresionó en Wimbledon. “Hemos introducido un par de cambios fundamentales, restar desde más atrás y limpiar la derecha”, introduce. “Yo siempre digo que en un proceso de cambio, lo esencial no es el resultado, sino la forma; si tú juegas bien al tenis y entiendes qué debes hacer, es mucho más fácil que los resultados lleguen. Busco la evolución, y ella está consiguiéndolo. No todos los jugadores pueden jugar de la misma forma, y Coco está encontrando su identidad. Ha dado varios pasos hacia adelante, pero creo que todavía puede mejorar mucho más. Su margen de evolución es tan, tan grande...”, recalca el preparador.

Gauff, durante el partido del jueves contra Muchova.
Gauff, durante el partido del jueves contra Muchova.Geoff Burke (USA TODAY Sports via Reuters Con)

Esta edición, Gauff es la gran señalada. En realidad, siempre lo fue, al haber sido asociada a Serena por la precocidad de su irrupción y su trascendencia más allá de las pistas. Comprometida socialmente, con discurso y atractiva para las marcas, además de conectar a la perfección con las nuevas audiencias, Gauff porta sobre los hombros la presión de la teórica sucesora. “Desde pequeñita ha tenido que lidiar con eso”, precisa Riba, “pero lo maneja muy bien. Es una chica muy madura para su edad, y tiene los pies en el suelo. Antes estaba un poco intranquila, pero ahora tiene más confianza y se nota fuerte, y cuando mentalmente te sientes fuerte, progresas de manera inconsciente”.

Derecha, resto y juego de pies

Riba describe a una profesional “supercompetitiva, muy trabajadora y muy buena persona”, y añade que también “es dialogante y sabe escuchar”. Gauff –la séptima tenista (entre hombres y mujeres) que más dinero ingresó en el último año, 15 millones de euros– ya no lo reduce todo al resultado, sino que “disfruta del proceso y del trabajo diario”. En ese sentido, el de disfrutar y el de ese deseo por crecer, el técnico ejemplifica con Alcaraz. “Cada torneo que pasa, Carlos es mejor jugador, y con ella está pasando lo mismo”, apunta. Tanto el murciano como la norteamericana rezuman carisma y frescura, “así que nos paran cada dos por tres cuando vamos por la calle. Pero ojo, ella lo lleva con mucha humildad, y cuando te dicen que eres muy guapa y la mejor, eso no es nada fácil. Pero ella lo tiene muy claro”.

Gauff, durante un partido en Cincinnati.
Gauff, durante un partido en Cincinnati.JULIAN FINNEY (AFP)

Riba realza la capacidad física de su jugadora –”la mejor ahora mismo a nivel atlético”– y matiza que ella y la polaca Iga Swiatek son las que mejor se mueven del circuito. “Hacemos mucho hincapié en el footwork [los desplazamientos]. De base, Coco es muy rápida, pero tan importante es jugar con la bola, que es cuando golpeas, como sin la bola. Ella jugaba muy bien a la hora de impactar, pero después perdía a nivel posicional; ahora está moviéndose mucho mejor y parece que llega a más bolas, pero es simplemente una cuestión de colocación. Lee mejor el espacio”, relata el entrenador, quien confía en que Gauff pueda dar el gran salto la próxima temporada y diga: “Aquí estoy”.

El presente, en todo caso, conduce a la gran final de Nueva York. “Todo el mundo dice que tiene que ganar este torneo, pero yo no lo veo así. Tiene 19 años, está creciendo y aprendiendo. Va dando pasitos, es receptiva; le exiges y te responde. Otra cosa es cuando tenga 24 años, ahí ya se le podrá exigir, pero si sigue con esta hambre y tan dispuesta a mejorar, será candidata a ganar Grand Slams y ser la número uno. Cuando la materia prima es tan, tan buena, el resultado se puede ver muy rápido. Le comparan con Serena, pero ella quiere hacer su propio camino. Su margen de mejora es enorme, una barbaridad. Pero sí, el plan está saliéndonos bien. Muy bien…”, zanja Riba.

GILBERT, UN GURÚ EN LA SOMBRA

Al margen de la contratación de Riba, la estadounidense decidió recurrir también a la dilatada experiencia de Brad Gilbert, un prestigioso técnico que guió los pasos de figuras como Andre Agassi, Andy Roddick o Andy Murray. También asesoró al japonés Kei Nishikori. 

Como jugador, Gilbert (Malibú, California; 62 años) llegó a ser el número cuatro del mundo en 1990 y ganó 20 títulos individuales, además de conquistar el bronce olímpico en los Juegos de Seúl del 88. Ahora bien, en los majors su tope lo fijan los cuartos de final que firmó en el US Open de 1987.

Actualmente ejerce también de comentarista para el canal ESPN y a partir de junio se vinculó con Gauff. El día a día está supervisado por Riba y el norteamericano ha sido contratado como asesor. "Es un consultant, alguien externo que da consejos. Se unió a nosotros a partir de Washington. Hay buena energía con él y si Coco está contenta con su aportación, yo también lo estoy”, señala Riba.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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