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Kolo Muani, el vecino de Mbappé que marcó en una semifinal que no iba a jugar

El delantero del Eintracht, nacido en Bondy como la estrella francesa, entró por Dembélé porque Coman estaba enfermo y anotó el 2-0 contra Marruecos

Randal Kolo Muani, después de marcar contra Marruecos en la semifinal del Mundial.
Randal Kolo Muani, después de marcar contra Marruecos en la semifinal del Mundial.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
David Álvarez

Randal Kolo Muani no ha jugado ni dos horas con la selección francesa y ya tiene un gol en una semifinal de un Mundial. El único que ha anotado con Francia. Su aparición en el partido contra Marruecos fue fulgurante. Entró por Dembélé en el minuto 79, con 1-0, y 42 segundos más tarde el delantero del Eintracht Frankfurt había cerrado el pase a la final.

La jugada tuvo algo de simbólico en lo que atañe a la factoría francesa de futbolistas. La empezó Kylian Mbappé con una serie de regates en un espacio minúsculo en el área, rodeado de tres defensas. Tiró, pero el disparó chocó en el tacón de uno de ellos, y la pelota salió desviada hacia el segundo palo, donde Kolo Muani le había ganado la espalda a Yahya Attiat Allah. Un chico nacido en el suburbio parisino de Bondy hace 24 años remató una maniobra que comenzó otro chico nacido en el mismo suburbio parisino de Bondy hace 23.

No se criaron juntos, ni salieron de la misma escuela, pero el barrio marca, como explica Ben Manga, director deportivo del Eintracht cuando lo contrataron: “Casi todos los buenos de París son de ahí. Allí son pobres y ser futbolista es una salida”. Manga, que dejó el club alemán este mes, conoce bien la voracidad del delantero francés de padres congoleños. Lo siguió y cortejó durante sus dos últimos años en el Nantes, de donde lo contrató pese a la competencia del Paris Saint-Germain y el Milan, entre otros.

Estaba convencido de haber detectado una joya: “Es un delantero que tiene todas las cualidades. Es rápido, ágil, bueno con el balón y trabaja para el equipo. Le sirve a cualquier entrenador. Puede jugar en un esquema con dos delanteros, o con uno, e incluso por la banda. No hay muchos con su calidad. Tiene un poco de todo”.

Su llegada a la Bundesliga fue casi tan fulgurante como su aterrizaje en la semifinal del Mundial. Como si no se hubiera mudado. En la liga, solo no fue titular en la primera jornada, contra el Bayern. Entró en el segundo tiempo y marcó el único gol de su equipo en una dura derrota (1-6). Ya no salió del once ni en la liga ni en la Champions. Es el máximo asistente de la Bundesliga, con 9, y está entre los máximos goleadores, con cinco tantos.

Y Manga asegura que todavía no está hecho como futbolista y tiene margen de mejora: “Es un chico humilde, que escucha lo que le dices y quiere aprender”. También el idioma, al que se ha entregado de manera intensiva: es de los que no se salta una clase con el profesor que les pone el club en sus oficinas.

El miércoles, en la semifinal contra Marruecos, no debería haber sido él quien entró por Dembélé, como reveló después Deschamps. Según el técnico, en su lista aparecía antes el atacante del Bayern Kingsley Coman, pero se encontraba indispuesto, atacado por el virus que impidió jugar a Upamecano y Rabiot. Kolo Muani se encontró con una oportunidad inesperada, y la aprovechó. Según Alexis Martín-Tamayo, Mister Chip, desde que el danés Ebbe Sand necesitó solo 21 segundos en el campo para marcarle a Nigeria en octavos en Francia 1998, ningún suplente había anotado tan pronto en un partido de eliminatoria en los mundiales.

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David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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