La Bundesliga, la liga en la que se doctoran los internacionales de Japón
Ocho jugadores de la selección nipona militan en equipos germanos y su presencia en Qatar ayuda también a explicar los lazos históricos entre el fútbol de los dos países
Cuando Japón se clasificó a su primer Mundial en 1998 ni uno solo de sus futbolistas militaba en un club fuera del país. Al terminar la cita en Francia Hidetoshi Nakata firmó por el Perugia a los 21 años y haría carrera en otros clubes italianos como Roma, Parma y Fiorentina. Un caso insólito. Por aquel entonces los jóvenes futbolistas japoneses priorizaban terminar sus estudios universitarios mientras disputaban la liga doméstica. 24 años después la tendencia es opuesta. De los 26 convocados a Qatar por Moriyasu, que afrontan el séptimo Mundial consecutivo para Japón, 19 actúan en clubes europeos, y 8 lo hacen en equipos alemanes. No hay otra liga europea con tanta presencia nipona. Una notable evolución que en términos competitivos permite a la selección asiática mirar a la cara a su conspicuo rival de este miércoles (Alemania a las 14:00) desde el respeto que marca el carácter nacional, pero sin ningún complejo.
También desde el conocimiento profundo del perfil de sus oponentes. El fenomenal e instintivo media punta Daichi Kamada cumple su quinta temporada en el Eintracht. Tras ganar la Europa League, este curso suma 12 goles y tres asistencias y lanza un mensaje ambicioso: “Para nosotros tiene un gran efecto mental compartir el mismo escenario que ellos. Al haber tantos japoneses en la Bundesliga creo que nos colocamos en igualdad de condiciones”. A ese optimista convencimiento se unen tres centrales: Maya Yoshida, del Schalke, es el veterano capitán de la selección: “Es bueno que entendamos el alemán, sobre todo en situaciones de balón parado. Es una ventaja conocer las características del rival, pero ellos estarán pensando lo mismo”. Kou Itakura no juega desde septiembre con el Gladbach por lesión, pero Japón necesita su poderoso juego aéreo. Hiroki Ito se ha asentado como titular en su primer curso en el Stuttgart. Equipo capitaneado por el agresivo y dinámico volante Wataru Endo, apodado “el rey de los duelos” por su determinación. Ídolo en el Stuttgart tras marcar en la última jornada de la pasada Bundesliga el gol que certificaba la salvación, ha superado una conmoción cerebral que sufrió hace dos semanas en un terrible choque.
La zurda del extremo Ritsu Doan destaca en el Friburgo, segundo clasificado en el campeonato alemán. El delantero Takuma Asano, conocido en el Bochum como el jaguar por su velocidad y sus felinas celebraciones, ha luchado lo indecible por superar una lesión y llegar a Catar. El octavo pasajero de la lista es el centrocampista Ao Tanaka, que milita en el Fortuna Dusseldorf de la segunda división. El partido también alcanza una dimensión singular porque la historia dicta que hay lazos fraternales entre el fútbol de los dos países. En los años 60 la Federación Japonesa contrató al técnico alemán Dettmar Cramer (que luego levantaría dos Copas de Europa con el Bayern) como asesor en la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio 64. Cramer es considerado un prócer del fútbol nipón. Impulsó la liga nacional con mejoras organizativas y cultivó una fructífera metodología de entrenamiento y formación. Con Cramer en el cuerpo técnico Japón fue capaz de ganar a Argentina en los Juegos de Tokio. En México 68, ya sin Cramer, alcanzó el bronce.
En 1977, cuando la liga japonesa todavía ni era profesional, un modesto equipo de empleados de la empresa Furukawa Electric, realizó una gira por Alemania. Hennes Weisweiller, entrenador del Colonia tras dirigir al Barcelona, se quedó prendado de un centrocampista y lo reclutó: Yasuhiko Okudera fue el primer japonés en una liga europea. Ganó la Bundesliga con el Colonia y también destacó en el Hertha y en el Werder Bremen. El pionero regresó a Japón en 1986 para convertirse en el primer jugador profesional del país.
Después de él hasta 37 compatriotas suyos han recalado en la Bundesliga, donde se aprecia la disciplina táctica, el despliegue físico y la competitividad innata del biotipo japonés. Algunos dejaron una estela inolvidable. Como Shinji Kagawa, centrocampista fundamental con 47 goles y 37 asistencias en las dos Bundesligas que el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp conquistó en 2011 y 2012. O Makoto Hasebe, del Eintracht, retirado con honores de la selección tras el pasado Mundial y que con 38 años presume de ser el futbolista más veterano de una Bundesliga en la que cumple 17 vigorosas temporadas. Los japoneses veneran el fútbol alemán que tanta proyección les ha dado. Quizás por eso algunas insignes figuras del fútbol germano como Rummenigge, Littbarski o Podolski hicieron el viaje inverso, culminando sus brillantes carreras en el retiro dorado de la liga del sol naciente.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre el Mundial de Qatar
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.