Inglaterra, de la coreografía al talento
La selección inglesa, que marcó en Rusia el 75% de sus goles a balón parado inspirada en el fútbol americano, elabora y regatea más, y depende menos de Harry Kane
El crecimiento de esta Inglaterra que se ilusiona en Qatar, y que hoy se encuentra en su camino a las semifinales a Francia, el último campeón del mundo, puede rastrearse en las historias que ha usado su seleccionador, Gareth Southgate, a lo largo del camino. Kalvin Phillips contó el jueves lo que hicieron en la primera concentración después de perder la final de la Eurocopa contra Italia en Wembley: “No revisamos ese partido”, dijo. “Hablamos de todos los equipos que habían ganado un gran torneo en los últimos 10 años, lo buena que era su defensa y cómo de clínicos habían sido en la otra área”.
En Qatar, Inglaterra es la selección que más ha marcado: 12 goles en cuatro partidos, tantos como en los siete que disputó hace cuatro años en el Mundial de Rusia. Y ha recibido dos. De los equipos que llegaron a cuartos, solo Brasil y Marruecos recibieron menos (uno). Phillips está convencido del efecto de aquella charla: “Parece que hemos asimilado eso y que estamos aprendiendo a ser un mejor equipo, que ataca más y es muy sólido defensivamente”.
Hay otra diferencia extraordinaria entre Rusia y Qatar que apunta en la dirección de un equipo que confía más en lo que puede obtener a través del juego. Antes del Mundial de 2018, Southgate no hablaba de los grandes equipos; viajó a EE UU para ver la Super Bowl y varios partidos de la NBA. Le interesaba la sistematización minuciosa de las jugadas de estos deportes.
Después, en Rusia, sorprendió con la disposición de sus futbolistas cuando sacaban un córner: una hilera que se disgregaba en todas las direcciones cuando salía el centro, con patrones que parecían salidos de un libro de jugadas de equipo de fútbol americano. El resultado fue llamativo: de los 12 goles del Mundial, nueve llegaron a partir del balón parado. El contraste con Qatar es revelador: de los 12 goles actuales, solo dos han llegado por esa vía, uno de falta directa de Rashford y otro después de un saque de esquina ante Irán que cabeceó Maguire y anotó Bukayo Saka.
El propio atacante del Arsenal contó unos días más tarde que seguían dedicando tiempo a esas jugadas: “Practicamos y buscamos nuevas ideas. Intentamos marcar así. Muchos partidos se deciden así, y lo intentamos”.
Pases más atrevidos
Pero Inglaterra tiene ahora otras armas, como el propio Saka. Sus otros dos goles en Qatar aportan alguna pista sobre la evolución del juego de Inglaterra. El segundo fue después de un par de recortes en el área a Irán y el tercero, a pase de Phil Foden. Los atacantes ingleses muestran más confianza ahora que en el último Mundial. Si en Rusia intentaron 13,8 regates por partido, en Qatar se atreven 16,5 veces. Además, sus regates son de los que más peligro generan. Inglaterra dispara 2,5 veces por partido después de driblar, más que ninguna otra selección, y cinco veces más que en Rusia (0,5).
Harry Kane ya no parece tan imprescindible como en Rusia. Si allí marcó la mitad de los goles de la selección inglesa, en Qatar ha pasado de máximo goleador del torneo con seis, a máximo asistente, con tres pases de gol y solo un tanto. Interviene menos (ha bajado de 25 pases por partido a 17) y remata menos (de 2,3 a 1,8), pero genera casi el doble de ocasiones de gol por encuentro (de 0,7 a 1,3). No aparece tanto, pero cuando asoma resulta más dañino.
No marcó en los primeros tres partidos, pero no sonó la alarma, porque Southgate lo ha rodeado de un grupo de futbolistas especialmente inspirados. Hace cuatro años Inglaterra generó ocasiones que, según Opta, valían 11,38 goles esperados (xG) y consiguió 12 tantos, lo que puede considerarse un acierto normal. Ahora ha generado 6,36 xG y ha obtenido los mismos 12 goles de entonces. Además, los tantos están bastante más repartidos que entonces, lo que les aporta otro punto de tranquilidad, como ha explicado Southgate.
Hay más indicios que apuntan a un equipo que ha ganado poso con el tiempo. En 2018, Inglaterra sumó 628 toques por partido, mientras que en Qatar están en 748. La selección de Southgate, en línea con aquella conversación que contó Phillips sobre los equipos ganadores, muestra cada vez más una voluntad de mandar.
Los datos ratifican la sensación de que tratan de amenazar más a menudo. En Rusia, Opta registró que daban 23,5 pases progresivos por partido, que son los que alcanzan el interior del área, o aquellos con los que un equipo avanza al menos 10 metros desde la zona donde ha estado dando los últimos seis toques. En Qatar, ha dado un salto del 50%, y se han lanzado a 36,5 pases progresivos por encuentro. Menos mecánica de deporte yanqui y más fluidez y ambición con mucho talento inspirado.
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