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Paseo militar de Pecco Bagnaia en el GP de Austria

El número uno da un recital en Spielberg y amplía su ventaja como líder de la clasificación cuando el Mundial de MotoGP llega a su ecuador

GP Austria MotoGP
Francesco Bagnaia durante el GP de Austria, en el Circuito de Spielberg este domingo.LEONHARD FOEGER (REUTERS)

Pecco Bagnaia no tiene ahora mismo rival. El campeón del mundo reinante cabalga desbocado hacia su segunda corona en la categoría reina con un dominio insultante ahora que el Mundial de MotoGP alcanza su ecuador. El turinés, a sus 26 años, disfruta del mejor momento de forma de su vida deportiva a lomos de la imparable Ducati oficial. El binomio, imparable en el GP de Austria, se marcha de las verdes colinas de Spielberg tras firmar la pole position, la vuelta rápida y la victoria tanto el sábado en la carrera al sprint como en la larga del domingo. El tercer pleno del año, la quinta victoria de diez posibles y una ventaja de 62 puntos al frente de la tabla sobre su compañero de marca Jorge Martín y 66 sobre Marco Bezzecchi, tercero en el podio por detrás de la KTM de Brad Binder.

Más de cinco segundos le arrancó Bagnaia al segundo clasificado, una nueva demostración de que a pesar de los pasos al frente de las otras fábricas europeas, nadie es capaz de toserle a la bala roja con el uno en el carenado. Diez vueltas aguantó la resistencia del sudafricano, que apretó los dientes en el tramo inicial de carrera, pero apenas pudo amenazar con arrebatarle el primer puesto. El italiano lideró todas las vueltas del fin de semana y cuando llegó al parque cerrado hizo un gesto de cresta con la mano sobe la cabeza. Era un guiño a sus ingenieros, que desde el garaje influyen más que nunca en el devenir de las carreras y siempre le saludan así cuando están contentos con la cosecha de la jornada.

En el fondo, el gesto también representa su condición de gallo dentro del gallinero. “Es difícil decir eso. Somos la constante delante. Es el objetivo. Luchar siempre para ganar”, concedió al ser preguntado por su demoledor dominio y protagonismo. “Este fin de semana hemos demostrado todo nuestro potencial, ha sido el mejor del año y nunca habíamos trabajado mejor”. Su maestro Valentino Rossi, invitado de lujo en el Red Bull Ring, se acercó a él a pie de pista para aplaudirle y abrazarle después de una exhibición digna de los mejores años del 46. Ducati ha ganado en ocho de las diez ediciones de la prueba desde su regreso en 2016.

Ahora que busca la reválida, sin renunciar a su estilo cerebral y pausado, Bagnaia parece más liberado que nunca y sabe que cuenta con el mejor pilotaje y la mejor moto del momento. A pesar de codearse con el carisma de su mentor, el número uno se mantiene en su línea. “Era importante estar tranquilo y no arriesgar”, dijo a pesar de arrancarle las pegatinas al resto. Probablemente, el campeón ni siquiera rozó los límites ante su patente superioridad. Si el año pasado tuvo que recomponerse y centrarse para remontar 91 puntos a Fabio Quartararo en el segundo tramo de campeonato para llevarse su primer título, este año ha encontrado la constancia necesaria para marchar sobrado hacia una reválida que difícilmente alguien le contestará.

Marc Márquez puntúa 300 días después

Jorge Martín, segundo en el Mundial, terminó séptimo tras cumplir con la sanción de long lap impuesta por su strike en el sprint del sábado y volvió a perder una oportunidad de recortar en uno de sus circuitos fetiche. En una carrera tórrida y sin demasiada historia, la alegría la puso un Álex Márquez muy cómodo sobre la satélite menos agraciada de Ducati. El piloto de Gresini batalló con agresividad por el podio con sus compañeros de marca del VR46, pero finalmente tanto Bezzecchi como Luca Marini le rebasaron para dejarle en quinta posición.

Por detrás, Maverick Viñales volvió a sufrir la falta de pegada en las salidas de la Aprilia y desaprovechó su segunda posición en la clasificación, salvando los muebles con una sexta posición. Aleix Espargaró, ganador de la anterior prueba en Silverstone, solo pudo ser noveno y no logró confirmar el paso al frente de la marca de Noale. Prácticamente invisible a lo largo del fin de semana, Marc Márquez pudo celebrar su primer domingo en los puntos tras una sequía de 300 días.

El ocho veces campeón del mundo se lo tomó con calma y cruzó la meta duodécimo para sumar tres puntos que, como él mismo comentó resignado, son mejor que nada. Lejos de ver brotes verdes en la Honda, el de Cervera dijo estar satisfecho tras haber podido estrenar un nuevo paquete aerodinámico en la moto. Aunque no sirvió de gran cosa, indicó que los japoneses por fin se atreven a acelerar un poco en el cambio de rumbo del proyecto. Su compañero, Joan Mir, volvió a caer y recordó que la máquina sigue siendo un desastre para pilotar.

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