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Marc Márquez sufre como nunca en Sachsenring, su circuito talismán

El piloto de Honda acumula cuatro caídas y varios sustos camino a su peor clasificación (7º) en el GP de Alemania, donde ha ganado en 11 participaciones consecutivas y busca romper su peor sequía en MotoGP

Marc Márquez se marcha después de caerse durante la clasificación del Gran Premio de Alemania este sábado en el circuito de Sachsenring.
Marc Márquez se marcha después de caerse durante la clasificación del Gran Premio de Alemania este sábado en el circuito de Sachsenring.Jan Woitas (AP)

Este fin de semana Marc Márquez acabará con una racha pase lo que pase. Solo falta saber si será la buena o la mala. Si gana el GP de Alemania, romperá su sequía más prolongada en el Mundial de MotoGP. Habrán pasado 602 días desde su última victoria, en el GP de Emilia-Romaña de 2021. Si no vence, cortará su racha de 11 victorias consecutivas en Sachsenring, su circuito talismán. Séptimo en una clasificación encabezada por la Ducati de Pecco Bagnaia, su peor resultado en el trazado, las sensaciones con la Honda son muy malas. En la carrera al ‘sprint’, dominada por un pletórico Jorge Martín, se deshinchó todavía más y cruzó la meta 11º y fuera de los puntos. En medio del naufragio, una vez más, se ve como el único piloto con montura japonesa entre los diez primeros clasificados en parrilla: seis Ducati, dos KTM y una Aprilia le acompañan.

El gran premio teutón, el mejor banco de pruebas para medir el verdadero potencial de su máquina para el ocho veces campeón del mundo, se le está atragantando como nunca. Cuatro caídas, varios sustos turbadores y hasta una peineta de frustración dirigida a la moto adelantan ya unas conclusiones negativas. “Es un circuito donde él se puede medir al cien por cien, tanto a sí mismo como a la moto, al equipo y todo el paquete. Tiene la referencia de qué años fue mejor y peor y cómo se tiene que comportar la moto”, opinaba Dani Pedrosa, excompañero suyo, en ‘DAZN’. Aquí ha ganado con todas las versiones de la RC213V que ha pilotado a lo largo de su trayectoria, el modelo con el que ha cosechado sus seis títulos en la categoría reina. Para Márquez, todo fueron malas noticias el viernes y el sábado. La moto se le escapó de delante en dos ocasiones en la primera curva, como si compitiera en una pista de hielo. En una de ellas, rozó la tragedia y se llevó puesto a Johann Zarco cuando salía del carril de boxes. Tantos problemas le obligaron a pasar por la repesca y sufrir lo indecible para luchar por la pole, ‘, acumulando hasta tres caídas en apenas 20 minutos antes de salir rígido en el sprint.

La victoria, ese pequeño rayo de esperanza que tanto anhela, parece más lejos que nunca. “He salido convencido, pero tres caídas para una séptima posición no compensan. Cortas gas y acabas la carrera”, se resignó el catalán. En las últimas semanas, casi todo el ‘paddock’ se ha pronunciado sobre el futuro de Márquez. Jorge Lorenzo ha vaticinado en más de una ocasión que su excompañero buscará cobijo en alguna de las fábricas europeas. Pocos ven viables, sin embargo, los rumores sobre una hipotética llegada a Ducati, mientras que en KTM se frotan las manos. “Es imposible, Ducati no necesita a Marc en este momento”, decía Andrea Dovizioso, leyenda del certamen y un histórico de la marca de Bolonia. Los principales responsables de la fábrica que marca el paso en MotoGP han sido prudentes, aunque la puerta la han dejado más cerrada que abierta. Los austríacos, en cambio, si le han tirado los trastos al de Cervera.

En medio del bullicio, los gerifaltes de Honda –Shiniji Aoyama, segundo ejecutivo de mayor rango de la marca, y Koji Watanabe, presidente de su filial de competición (HRC)– mantuvieron una reunión con su referente en Mugello, con la vista puesta ya en un 2024 definitivo. “La reunión fue muy bien, ahora solo falta la práctica”, resumió el piloto el jueves, antes de arrancar su accidentado fin de semana. O la moto está para luchar por victorias o buscará una alternativa. Márquez insiste en que piensa cumplir su contrato, que finalizaría al término del próximo curso. Su frustración nunca había sido tan grande. Tiene 30 años y se siente a tono para luchar por el campeonato después de sufrir lo indecible desde 2020 por culpa de las lesiones. “Nunca le había visto así”, reconoce su hermano Álex, con quien lo comparte prácticamente todo. “Cuando lo intentas tantas veces y vas por encima de las posibilidades de la moto, vienen las caídas. Ahí es donde te frustras, al ver que puedes hacerlo y no tienes las armas para hacerlo”, concluye el hermano. Después de su peor resultado en Sachsenring, el de Cervera esquivó las preguntas sobre su futuro y quiso mostrarse optimista: “Todos somos humanos, lógicamente estamos en un momento difícil, pero alguien tiene que tirar. Si el piloto está derrotado, todo el equipo decae”.

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