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Raúl Entrerríos: “Los veteranos hemos demostrado que aún tenemos hambre”

El capitán de la selección de balonmano está a un paso de sus mayores éxitos en la prórroga de su carrera

Robert Álvarez
España - Suecia Juegos Olimpicos
Raúl Entrerríos trata de marcar ante la presencia de dos rivales suecos.SUSANA VERA (Reuters)

Raúl Entrerríos (Gijón, 40 años) va camino de conseguir los mayores éxitos en la prórroga de su carrera. No hace mucho, la previsión era que en este momento debería haber colgado ya la camiseta con el número 9 y ejerciendo como entrenador. La pandemia lo cambió todo. Estiró su trayectoria para llegar a los Juegos y eso le permitió añadir a su palmarés una tercera Champions con el Barcelona, además de contribuir de forma decisiva a la clasificación de España para disputar la semifinal olímpica este jueves contra Dinamarca (14.00; Francia y Egipto juegan la primera a las 10.00). España perdió las tres veces que disputó las semifinales de unos Juegos, en 1996, 2000 y 2008, y las tres ganó después la medalla de bronce.

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Pregunta. ¿Cuál es la situación del equipo ante un partido tan trascendente?

Respuesta. Es un desafío para el grupo. Haber llegado hasta aquí significa una oportunidad única para competir, disfrutar y conseguir un gran éxito. Para mí, personalmente, es una forma muy especial de cerrar el círculo después de muchos años de carrera y voy a intentar disfrutar hasta el final.

P. ¿Qué entiende por un gran éxito?

R. Algo grande sería conseguir una medalla olímpica. Es algo que a todos nos gustaría, para lo que hemos trabajado y competido. Nos gustaría seguir estirando esta forma de entender la competición. Llevamos muchos años siendo precisamente eso, un equipo en todos los niveles. No hay que desaprovechar una oportunidad como esta.

P. ¿Le costó mucho llegar hasta este momento? ¿Llegó a reconsiderar la decisión de alargar su carrera?

R. No, reconsiderarla no. Lo difícil era saber qué iba a ocurrir cuando se inició la pandemia porque se detuvieron las competiciones, se suspendieron muchos partidos, hubo muchos casos positivos, se aplazaron también los Juegos... Todo eso en un momento en el que tenía que intentar organizar mi carrera de otra forma y buscar otra vez un puesto en el equipo nacional. Una vez volvimos a competir, hubo tal carga de partidos que ya no hubo tiempo ni para pensarlo. Únicamente he tratado de cuidarme mucho. No soy un jugador joven y debo tener más periodos de descanso.

P. Prorrogar la carrera le está reportando títulos que no habría conseguido...

R. Ha sido un año extraordinario porque en principio esta temporada no debería estar como jugador, y ha sido un año muy bueno hasta la fecha. Con el Barça ganamos la Champions, ganando todos los partidos de la temporada; y con la selección, una medalla de bronce en el Mundial. Sí, he sumado en mi último año de carrera.

P. ¿Cuál es su primer recuerdo de los Juegos?

R. Tenía seis años. Empecé a jugar entonces. Yo seguía los Juegos por la televisión, me enganchaba cualquier deporte, aquello me producía admiración.

P. César Argilés le llamó por primera vez para la selección en 2003. ¿Cómo lo recuerda?

R. Me sorprendió. Yo era muy joven y la selección tenía gente que había hecho historia en nuestro deporte. Era mi segundo año en la Asobal con el Ademar de León. No me lo podía creer porque tenía muchos jugadores por delante. Me sirvió de experiencia y aprendizaje. Me permitió cumplir el sueño de debutar en la selección.

P. ¿Qué recuerda de los Juegos de Pekín y Londres?

R. Hay pocas cosas igualables a la sensación de la primera vez que llegas a Pekín, una ciudad muy ajena a nosotros por la distancia y la cultura. Aquellos Juegos fueron extraordinarios a todos los niveles y fue extraordinario ver cómo se encendía la llama. Es lo que veías de pequeñito y cumples ese sueño.

P. La selección sufrió un auténtico trauma al no poder clasificarse para Río 2016...

R. Fue un momento muy duro para el grupo porque los Juegos son cada cuatro años y es complicado clasificarse. Los campeonatos del mundo se van sucediendo; los Juegos se hacen esperar más. Fue muy duro, después de haber hecho un ciclo bastante positivo en el que no bajábamos de las semifinales. Pero todas esas derrotas y esos momentos complicados muchas veces te ayudan a crecer más y en nuestro caso así fue. Nos pusimos a trabajar sabiendo que teníamos que darlo otra vez todo. El ciclo ha sido muy exitoso y ahora estamos ante una nueva oportunidad. La espina nadie nos la va a quitar, va estar ahí siempre. No estuvimos en Río. Pero fue un alivio y una recompensa a nuestro trabajo clasificarse para Tokio. Lo hemos conseguido y una vez aquí nos hemos metido en las semifinales de una forma muy brillante, siendo campeones de Europa y demostrando que somos un buen equipo y tenemos mucho que decir.

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P. Después de aquel tropiezo en el preolímpico, ¿quedaron señalados los más veteranos?

R. Era difícil imaginar en aquel momento que íbamos a estar aquí los mismos jugadores. Demuestra el hambre competitiva y las ganas de trabajar de todos los que han estado aquí. Y eso es fundamental para entender lo que hemos conseguido. Siempre hemos tenido los pies en el suelo y hemos trabajado al máximo.

P. El balonmano español está monopolizado por el Barcelona. ¿Cómo valora sus éxitos previos con el Ademar y el Valladolid?

R. Les doy mucho valor. Siempre he intentado estar en los equipos en los que más puedo aportar y crecer. Empecé a jugar la Liga en unas temporadas en las que existían tres equipos muy competitivos que dominaban en Europa. Ir cumpliendo esos plazos previos antes de llegar a Barcelona me permitió ser el jugador que soy. Crecí muchísimo con grandes entrenadores y compañeros. Llegar al Barcelona fue un salto muy grande, ya con una edad, con experiencia, y habiendo ganado en con mis anteriores equipos. Eso me dio más seguridad en lo que tenía que hacer.

P. ¿Echa de menos aquel balonmano con varios equipos capaces de competir por los títulos?

R. Todos echamos de menos lo que era la Liga Asobal de aquellos años con varios equipos aspirantes a ganar incluso la Champions, no solo la Liga. Eso hacía que la competición fuera muy atractiva y que hubiera mucha rivalidad. Ahora hay una diferencia importante en cuanto a presupuesto entre el Barcelona y el resto, pero en la Liga seguimos viendo un buen balonmano y eso es lo importante a pesar de que muchos jugadores tengan que salir o no puedan venir otros jugadores extranjeros más contrastados. Pero la filosofía de juego, lo que es la esencia del balonmano español, sigue persistiendo y sigue favoreciendo a todos los jugadores jóvenes.

P. ¿Visualiza ya la nueva faceta que desempeñará como entrenador del equipo juvenil y coordinador de la cantera del Barcelona?

R. Tengo el título de entrenador desde hace tres años. Tengo un campus en Gijón donde trabajo con niños y niñas. Y me atrae porque espero poder ayudar a los jóvenes en esa preparación para el alto nivel. He tenido el privilegio de aprender de muchas personas que saben mucho de balonmano. Creo que tengo una filosofía a la hora de encarar el balonmano que es muy aplicable para los jóvenes en cuanto a valores y en cuanto a juego de equipo, y me gustaría transmitir eso.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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