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María Vicente: “Obviamente quiero ser la mejor del mundo”

Entrevista a la heptatleta catalana, campeona del mundo juvenil, que debuta en unos Juegos Olímpicos a los 20 años

María Vicente, antes de viajar a Tokio.
María Vicente, antes de viajar a Tokio.Kiko Huesca (EFE)
Carlos Arribas

María Vicente (L’Hospitalet, Barcelona; 20 años) llegará el miércoles (02.35, hora española) al Estadio Olímpico, plantará su tienda de campaña y allí permanecerá dos días compitiendo. Llega la hora de las combinadas. Son siete pruebas, cuatro el miércoles (100m vallas, salto de altura, lanzamiento de peso y 200m) y tres el jueves (salto de longitud, lanzamiento de jabalina y 800m). Un debut con menú completo para una de las grandes atletas del futuro del atletismo español, campeona del mundo juvenil a los 16 años, campeona de Europa júnior a los 18.

Pregunta. A muchos deportistas, el retraso de un año de los Juegos les ha supuesto tener que renunciar, a usted, en cambio, tan joven, le ha abierto las puertas a su primera experiencia olímpica…

Respuesta. Mirando solo lo deportivo, la pandemia me ha ido muy bien. Soy un año mayor, tengo más experiencia, he acumulado muchos entrenamientos que antes no podía, y me ha dado tiempo a mejorar muchas cosas técnicas, que al final es lo que hace falta, fuerza, velocidad, técnica, y he conseguido clasificarme, algo que el año pasado habría estado más complicado.

P. Para prepararse, cambió de entrenador, salió de Barcelona, cerca de su familia, y se fue sola a San Sebastián. ¿Necesitaba salir de su zona de confort?

R. Yo vivía en el CAR de Sant Cugat, pero, quieras o no, estaba al lado de L’Hospitalet, a 10 minutos de mi madre, y cuando necesitaba cualquier cosa iba a casa, pero el estar lejos, la soledad de la pandemia, sin poder viajar, tiempo sin ver a la familia, me ha hecho madurar en todos los sentidos. Cuando tomas una decisión tan importante, sabes las consecuencias que va a haber, y yo me las encontré de frente. Creo que he sabido afrontarlas bien, y, sí, claro, esa capacidad es algo muy importante a la hora de entrenar, competir y los resultados, y de que las cosas vayan como van de bien. He entrado en una dinámica muy buena con Ramón [Cid, su entrenador] en San Sebastián. Estoy supercontenta por haberme cambiado. Y, sin duda, los resultados están saliendo. No tengo queja. He crecido en el sentido de que no tengo a nadie en quien descargar mis responsabilidades de cómo van las cosas.

P. ¿Deportivamente también siente que ha crecido?

R. He mejorado en todo, en el gimnasio, la velocidad, la forma de correr, la técnica... He hecho un gran cambio de mi persona a la atleta, estoy evolucionando mucho, y aún noto que tengo puntos en los que mejorar, pero de eso se trata. Prefiero no tenerlo todo hecho y tener algo en lo que seguir trabajando, mejorando y rascando. Mis pruebas más débiles siguen siendo la altura y los lanzamientos, pero con trabajo y constancia todo se consigue y para eso estamos aquí.

P. ¿Y todo eso saldrá en sus 48 horas en el Estadio Olímpico?

R. Los que espero que sean mis Juegos serán los de París 24. Este año me toca más ir a ver lo que es, a disfrutar y a coger muchísima experiencia, pero, obviamente, no me conformo con ir solo a eso. Quiero hacer un buen papel. Demostrar cosas que me han faltado este año todavía, y me gustaría luchar entre puestos de finalista, y luchar por ganar alguna prueba, y en la que podría tener alguna posibilidad es el 200m [ganó en junio el campeonato de España de la distancia con unos magníficos 23,03s], ya que, sí, estoy bastante bien.

P. Competirá sin público. Dice Yulimar Rojas que la principal motivación de una deportista es justamente esa, el aplauso del público…

R. Tuve la suerte de estar en Nairobi en el Mundial sub-17, mi primer título, y, no sabría decir por qué, el público se volcó muchísimo conmigo. Aclamaban mi nombre. Fue una sensación brutal, y, sin duda, en ese momento, es cuando decidí que yo quería esto, que yo quería luchar por conseguir algo así a nivel internacional y absoluto. Como dice la gran Yulimar, nos lo robarán en Tokio. Es una pena, pero también tenemos que dar gracias a que hay Juegos. Hasta hace poco era una incertidumbre inmensa. No podremos vivirlo con el público en el estadio, pero también sabemos que tenemos a todo el mundo en casa que nos estará apoyando.

P. ¿Qué es un heptatlón? ¿Por qué se hizo especialista de combinadas?

R. La diversidad es lo que llama de esta prueba... La diversión entrenando. Yo podría ser solo saltadora o velocista, pero todos los retos que te propones, y no solo... Bueno, a ver, obviamente también quiero ser la mejor del mundo, ¿no?, pero es como si tengo siete oportunidades más para hacerlo, siete victorias... También pueden ser siete derrotas, pero, no sé, hay algo más, y siempre voy a seguir luchando sabiendo que siempre habrá una oportunidad más para disfrutar y hacer que la gente disfrute conmigo, y volver a intentarlo. La diversidad y la diversión es lo que me llama a mí de las combinadas, y espero que también al resto.

P. Entonces, cuando sea decatlón, como los hombres, le gustará más aún. Serían 10 oportunidades...

R. Jajajaja... Ahí las cosas... No diría que cambian, pero no es lo mismo. Es muy diferente el decatlón, y si cambian yo lo intentaré, miraré a ver qué tal... Me gustaría mucho probar el disco y la pértiga, pero el 1.500m y el 400m me harían sufrir más de lo debido. Sería una prueba bonita de hacer, por supuesto, y si la instauran en algún momento, allí estaremos, probando cosas, como digo, todo el rato.

P. ¿Qué es más duro, el cansancio físico o lograr que no le machaque mentalmente haber fallado en una prueba?

R. Dos días de competición, a tope, cansan físicamente, pero lo más difícil de sobrellevar es cuando una prueba no te sale como esperabas o las cosas no van bien, cómo sobreponerte para la siguiente. Yo, desde que empecé en esto, mi primer entrenador me dijo que en unas combinadas cada prueba es como una final olímpica, tienes que ir a por todo. Y eso es lo que hago. Tanto haya salido bien como mal, borrón y cuenta nueva y a dar el 100% en la otra. Muchas veces, cuando algo nos ha ido muy bien también, nos sobreexcitamos, estamos supercontentos, y nos olvidamos de que hay que seguir concentrados haciendo la otra. Tanto haya ido bien como mal hay que seguir focus en la competición. Un heptatlón no se acaba hasta que se cruza la meta del 800m. Hay que luchar hasta el final.

P. Nació en el siglo XXI, el siglo de sus primeros Juegos. ¿Cómo llega, ilusionada, deslumbrada?

R. Con muchísimas ganas. Voy con Ramón, con Teresa [Errandonea, que disputó los 100m vallas], que son mi grupo de entrenamiento. Nos hemos visto crecer, todo lo que he y han trabajado este año, y creo que nos lo merecemos. Unos Juegos Olímpicos es a lo que aspiramos todos los deportistas, tanto los veteranos como los pequeños. Cada Juegos Olímpicos que vivamos tiene que ser una experiencia única.

P. Y París 24 está solo a tres años…

R. Menos espera, sí, pero habrá menos tiempo para trabajar...

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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