Las nueve semanas de Javier Gómez Noya en el horno de Cozumel: entrenos a 39,8 de temperatura corporal
El triatleta español ha trabajado en el Caribe mexicano con el calor y la humedad que se encontrará en Tokio para forzar el cuerpo al límite
39,7 y 39,8 grados es la máxima temperatura corporal de Javier Gómez Noya en las sesiones de entreno más duras en Cozumel. A la isla del Caribe mexicano se desplazó el triatleta español de 38 años para buscar las mismas condiciones de humedad y calor que se encontrará en el Parque Marino de Odaiba de Tokio. A las 6.30 del lunes 26 [23:30 de este domingo en España] tomará la salida en el triatlón masculino: 1,5 km a nado, 40 en bicicleta y 10 corriendo.
En la capital de Japón amanece a las 4.30. La organización fijó las 6.30 como horario de salida del triatlón para intentar evitar que los deportistas compitan en las horas más calurosas del día; aun así, el agua de Odaiba estará a 30 o 31 grados. Son los cálculos que han hecho Gómez Noya y Carlos Prieto, su técnico. Este último explica así las condiciones en las que han estado entrenando en Cozumel, donde han vivido cinco semanas entre abril y mayo y otras cuatro entre junio y julio. De allí han volado directamente a Tokio, donde el sol y la humedad asfixian sólo con dar un paseo de 50 metros. El equipo español de slalom, por ejemplo, está usando chalecos de hielo y toallas heladas para combatir las altas temperaturas durante los entrenamientos.
“En Cozumel hemos estado a 31 o 32 grados de máxima y con una humedad de entre el 75 y el 85%. Humedad parecida la hay también en Galicia y en otras zonas europeas, pero no notas ese bochorno… porque en Europa el nivel de condensación está entre 16-17 mientras que en Cozumel y en Japón ese parámetro sube a entre 21-25, todos los días. Eso es lo que, junto al calor y a la humedad, te provoca esa sensación de ahogo”.
En febrero se pusieron a estudiar opciones. Tenían claro que había que preparar los Juegos haciendo una adaptación a las condiciones extremas de calor y humedad que se encontrarán los atletas en la carrera. “Hicimos un estudio de los climas de las zonas que conocíamos; nos cuadraba Asia o Centroamérica. Le dije a Javi que Cozumel era un buen sitio porque teníamos lo que había que tener para entrenar: tranquilidad, buenas instalaciones y clima parecido. Lo hablamos y decidimos venir aquí. Estuvimos pensando también en Tailandia, pero hemos acertado con este lugar”, explica Prieto, que entrena a Gómez Noya desde finales de 2012. Organizaron la estancia en dos tramos diferentes y entre medias hicieron también una competición en Cancún.
Durante la estancia en Cozumel se han estado levantando a diario sobre las 5.30 para que el triatleta español estuviera ya corriendo a las 7 o 7.30. “Hemos estado haciendo entrenamientos de carrera a pie a esa hora porque es cuando el cuerpo más sufre. Donde peor se va a pasar en Tokio será corriendo”, detalla Prieto, al mismo tiempo que asegura que lo que buscaba Javi Gómez Noya es precisamente eso, poner el cuerpo a tope en condiciones extremas para ver cómo reacciona.
Adaptación a largo plazo
“Los ambientes estresantes generan una bajada de rendimiento y por eso intentamos adaptarnos a esas condiciones para que el día que tenga que rendir, que tu cuerpo esté acostumbrado a eso”, añade el técnico, que explica por qué organizaron la estancia en dos tramos diferentes. “Para que Javi se fuera acostumbrando a tener una adaptación a largo plazo y para que al final le resultara normal entrenar así. De hecho ves a los lugareños correr y hacer deporte y están acostumbrados a hacerlo de manera natural. Por eso parece que su cuerpo se recupera mejor del estrés. Por los datos que tengo de los entrenos, de la temperatura del cuerpo y de la temperatura que alcanza en los entrenamientos, se ve que Javi es capaz de hacer cosas que incluso hace dos meses, cuando estuvimos la primera vez, no hacía”.
¿A qué temperatura corporal máxima ha llegado? “Cuando pasas de 38,5 entras como en una especie de hipertermia, como si estuvieras con fiebre; en los entrenamientos fuertes hemos llegado casi a 39,7 y 39,8 y más o menos toleró bastante bien la intensidad alta a esas temperaturas. Al principio, cuando llegamos a México en cuanto pasaba de 39 el cuerpo le paraba. En eso consiste la adaptación al calor, que tu organismo sea capaz de tolerar todo el calor que estás produciendo. Por el ejercicio y los efectos de la termorregulación, tu cuerpo genera estrés y eso gasta energía, se trata de acostumbrarte a eso para que gaste menos”, responde. Si muchas veces ya la dinámica de carrera es impredecible, con condiciones duras como las de Tokio, más aún. “Eso dependerá de las dinámicas de esfuerzo que cada uno tenga que realizar a lo largo de la prueba”, apunta Prieto.
El técnico insiste una y otra vez que por el calor y la humedad marcarán el devenir de la prueba: “Es una carrera en la que puedes quedar, primero, segundo, tercero o cuarto o quedar el 30 tranquilamente. En el momento en que tu cuerpo entre en una zona de peligro y detecta que te estás pasando, te va a parar independientemente del nivel de forma en el que estés. Puedes estar en el mejor momento de tu vida y liarla”. Gómez Noya tiene a su favor la experiencia y el haber conseguido rendir en competiciones con condiciones extremas.
El agua de Tokio, a 31 grados
“Será una carrera en la que se sabe de antemano que va a sufrir, que va a tener sensaciones desagradables; es una de las cosas por las que fuimos a Cozumel. Para dominar psicológicamente que no te encuentres ese día con una sensación que creas que estás mal sino que sea la normal”, matiza el técnico. Creen ambos, porque lo han hablado, que va a ser determinante la toma de decisiones de la elección del ritmo sobre todo en los cuatro primeros kilómetros de la carrera a pie. “El que se equivoque en el ritmo y vaya por encima de las posibilidades que el ambiente le vaya a dar para ese día, seguramente vaya a tener problemas”.
Prieto asegura que al gallego le irá mejor una carrera dura, por su experiencia. Y se reafirma en las dificultades que tendrán todos. “Si ya es difícil llegar bien a un triatlón olímpico, con lo que eso conlleva, más lo será con esas condiciones de calor y humedad. El agua estará a 31 grados [en Cozumel a 28]. Nadar a esas temperaturas te ahoga, así que ya para empezar tu nivel de estrés y desgaste al salir del agua es muchísimo mayor que en cualquier otra carrera”.
Y cuando salgan del agua les esperan 40 kilómetros en bicicleta y una durísima carrera a pie de 10 km. De hecho, el maratón y la marcha se han trasladado a Sapporo para evitar, precisamente, tanto calor y humedad. El oro olímpico es lo único que le falta a Gómez Noya; en Londres 2012 fue plata y se perdió los Juegos de Río por lesión.
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