Chalecos de hielo para combatir el calor en el canal olímpico de aguas bravas

El canal de Kasai, sede de las pruebas de slalom, es un circuito de cerrado y los piragüistas luchan como pueden contra el sobrecalentamiento que se ha producido con el pasar de los días

David Llorente con una toalla en la cabeza y el chaleco de hielo. /IMAGEN CEDIDA POR EL DEPORTISTA

Los que más días llevan en Tokio son los piragüistas del equipo olímpico de slalom. Aterrizaron el día 3. El día 8 la Federación internacional les montó un pre-games training para que, divididos por turnos y por grupos de países, pudieran ir haciéndose al canal de aguas bravas. Es fundamental en esta disciplina conocer cada rincón para familiarizarse con las corrientes y los obstáculos artificiales de la bajada. El sol ha empezado a pegar tan ...

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Los que más días llevan en Tokio son los piragüistas del equipo olímpico de slalom. Aterrizaron el día 3. El día 8 la Federación internacional les montó un pre-games training para que, divididos por turnos y por grupos de países, pudieran ir haciéndose al canal de aguas bravas. Es fundamental en esta disciplina conocer cada rincón para familiarizarse con las corrientes y los obstáculos artificiales de la bajada. El sol ha empezado a pegar tan fuerte y la humedad a ser tan asfixiante que los piragüistas se buscan la vida como pueden para luchar contra el bochorno. Desde duchas heladas a llevar chalecos de hielo.

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David Llorente, el subcampeón del mundo que competirá en K1, cuenta que el primer día apareció por las instalaciones con un edredón y que, dos semanas después, parece el canal de Kasai se ha convertido en un horno. “Pasamos incluso frío al principio porque llegamos en días de lluvia y como nos echábamos las siestas allí entre las dos sesiones de entrenamiento, me llevé edredón para estar tapado. Ahora en cambio el calor es asfixiante, al ser un circuito de agua cerrado, el agua se ha ido recalentando”, dice. Tanto que él ha decidido entrenar con una toalla helada en las piernas. “Mi piragua es negra, parece mentira, pero atrae tanto el calor que siento como se me van calentando las piernas. En competición va a dar igual porque son 90 segundos, pero durante los entrenamientos me estoy colocando toallas para que sea más llevadero”.

No es el único recurso que están empleando sus compañeros (Maialen Chourraut, Núria Vilarrubla y Ander Elosegi) y él. Se colocan un chaleco con hielo en los minutos de descanso entre bajada y bajada. “Y una toalla en la cabeza. Para competir en aguas bravas tenemos que tener la cabeza despejada para tomar decisiones rápidas y acertadas… y esto ayuda a despejarte un poco estos días de sesiones muy duras”, apunta Llorente. La competición de aguas bravas empieza este domingo.

David Llorente se moja la cara con una toalla helada entre bajada y bajada. / FOTO CEDIDA POR EL DEPORTISTA.

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