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Raquel Fernández, una árbitra adolescente acosada en un partido de prebenjamines: “Porque unos chicos digan que no valgo para nada, no dejaré de hacer lo que me gusta”

Los delegados de los dos clubes que se enfrentaban y que intimidaron a la joven han sido castigados, uno de ellos con hasta tres meses de sanción

Raquel Fernández
Raquel Fernández, antes del encuentro Deportivo de la Coruña y el Huesca.LALIGA HYPERMOTION

“No voy a dejar de pitar”, anticipa Raquel Fernández. Tiene 13 años y hace un par de semanas su madre se desahogó con un par de publicaciones en redes sociales en las que describía lo sucedido en un partido de prebenjamines entre niños de siete años que se jugó en A Coruña, en los campos vecinos a la Torre de Hércules. La madre denunciaba el acoso sufrido por la niña, que además llevaba el preceptivo brazalete que la identifica como menor de edad. Ni así se ahuyentó la inquina y las intimidaciones. “El delegado del Victoria fue un auténtico monstruo que se dedicó a discutir de manera reiterada todas y cada una de las decisiones de una niña que, al igual que los jugadores, está aprendiendo”, describió la madre antes de añadir. “En el Silva se encontró con un entrenador y tres jóvenes actuando en manada, que la acosaban ante cualquier decisión. Les tenía miedo por sus expresiones y actitud agresiva”. El marasmo llegó a la grada, que también empezó a increpar a la árbitra. Incluso a algunos de los pequeños, que comenzaron a cuestionar sus decisiones.

Victoria y Silva son los clubes que más jugadores mueven en la ciudad. Horas después de conocerse los hechos emitieron sendos comunicados de apoyo y disculpas a la árbitra, que reflejó en el acta expresiones del delegado del primero de los equipos. “Arbi, que escándalo, qué vergüenza, no tienes ni puta idea”. Y relata también en esa misma acta que se sintió intimidada y asustada y no le sancionó con tarjeta. El delegado deberá de cumplir una sanción de tres meses por coaccionar a la árbitra y entrar en el terreno de juego con términos y actitud desafiante. También el delegado del Silva recibió un castigo de tres partidos. El Comité de Competición asegura que aplica el grado máximo previsto para este tipo de infracciones.

Raquel volvió a arbitrar un partido al día siguiente. Había estallado en llanto en la caseta tras la nefasta experiencia vivida, pero en pocas horas se rearmó. El coordinador arbitral, Xabier Rodríguez, encontró además las palabras justas para que lo hiciese. Y la ola de solidaridad y apoyo le llevó el pasado domingo al césped del estadio de Riazor, donde leyó antes del partido entre Deportivo y Huesca un manifiesto contra la violencia y las agresiones verbales en los escenarios deportivos.

Todo ocurrió mientras en Galicia se generaliza la estupefacción ante el fatal desenlace de un episodio sucedido hace dos meses en un partido de balonmano entre cadetes en la localidad pontevedresa de Sanxenxo. El abuelo del árbitro que dirigía el partido sufrió una agresión al terciar entre aficionados que estaban insultando al chico, de 15 años de edad. Recibió un empujón, cayó al suelo y se golpeó la cabeza. Tras dos meses hospitalizado falleció el pasado lunes. “No me vale ningún perdón, ninguna terapia ni cuento con la justicia, nada de eso me vale porque nunca podré recuperar lo que perdí, lo que nos quitaste”, escribió la hija del fallecido en una carta hecha pública ayer. Un juzgado investiga los hechos por homicidio imprudente.

“Los niños árbitros son imprescindibles para los partidos”, reflexionó en sus redes sociales Esther Rey, la madre de la árbitra coruñesa: “Son valientes, muy valientes, estudian y van a clase todo el año para sacar el título y seguir aprendiendo aunque hayan aprobado el examen. Son unos apasionados del deporte”. Raquel explicó en el programa radiofónico El Larguero, de la Cadena SER, cómo ha salido reforzada de todo este episodio. “Me hizo darme cuenta de que valgo mucho y de que no porque unos chicos digan que no valgo para nada, tengo que dejar de ser árbitro y de hacer lo que me gusta”.

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