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El arbitraje, una profesión de riesgo

La temporada pasada se produjeron en España más de 700 agresiones a colegiados La mayoría de los casos sucede en Madrid, y un 20% son protagonizadas por padres

Un niño separa a un padre y un árbitro en una discusión, en marzo de 2013.
Un niño separa a un padre y un árbitro en una discusión, en marzo de 2013.AS

"¡Toma! ¿No ves lo que está pasando?”, grita un hombre al árbitro, mientras le lanza unas gafas a la cara. Juan Sanz recuerda así cómo le agredió el padre de un niño que jugaba en el partido que arbitraba. El hombre saltó al campo, le increpó y le persiguió hasta el vestuario porque pitó una falta a su hijo. La temporada pasada se produjeron en España más de 700 agresiones a colegiados en fútbol base (desde el nivel prebenjamín, hasta cadete). La cifra no varía con respecto a años anteriores. La mayoría de los casos sucede en Madrid en las categorías juveniles (de 14 a 18 años), y un 20% son ataques de padres en partidos de alevín (11 y 12 años).

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“Eres un enemigo para todo el mundo”, lamenta Sanz. Un árbitro de 16 años tuvo que ser hospitalizado el pasado marzo en León, después de que el padre de un jugador le diese varios puñetazos en un ojo y en las costillas. Estos enfrentamientos son menos graves y frecuentes en el fútbol profesional, según Eduardo Jiménez, secretario del Comité de Árbitros de Madrid. La institución solo registra las denuncias por agresiones como puñetazos, pero “todos los días los árbitros reciben insultos y amenazas que nosotros no sabemos”, dice Jiménez.

Sanz no denunció su caso. Lo cuenta como una anécdota porque cada día le insultan. En los cursos en los que se forman los colegiados, un grupo de psicólogos les prepara para estas situaciones. “Tienen que ser lo más fríos posible. Es difícil, pero en el momento en el que les afecta tienen que dejarlo”, explica la psicóloga María Herrero.

A Luis Martín, padre de un niño del Rayo Vallecano, no le parece que exista agresividad en el campo. “A veces es normal que te enfades con el árbitro, pero como todo el mundo cuando pierde su equipo”, señala. Sanz asegura que algunos padres están muchas veces a pie de campo, insultando y amenazando, y critica que los árbitros solo cuenten con un delegado de campo para ayudarles cuando ocurren este tipo de incidentes. “Se pasa mal, no tienes ayuda de nadie, no hay policía. Eres tú solo contra el campo y la grada”.

Ataques a colegiados menores

  • El árbitro de 16 años de León tuvo que ser hospitalizado, después de que el padre del jugador le diese varios puñetazos en un ojo y en las costillas, con la ayuda de otro de los asistentes que le inmovilizó.
  • En un partido de benjamines (8 y 9 años),14 días antes, también en León, una pelea entre el árbitro y el padre de un jugador terminó con los dos hombres en Urgencias y una denuncia a la policía.
  • Otro árbitro de 17 años también fue agredido la temporada pasada por el padre de un jugador en un encuentro de Segunda Regional, en Valencia. El hombre, que era policía nacional, le dio un puñetazo en la cara y dos patadas en el costado, después de que un árbitro señalara una falta a su hijo. El colegiado perdió el brazo y tuvo que ser ingresado en el hospital.
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