El paso adelante del Real Madrid no le da todavía para molestar al Superbarça

La capitana del Real Madrid, Olga Carmona, atendió a TVE el domingo al mediodía en el césped de Butarque (Leganés) después de que el Barcelona arrasara a las blancas en la final de la Supercopa (5-0). Era la segunda vez desde que el presidente Florentino Pérez fundó en el verano de 2020 el equipo femenino que este competía por estrenar sus vitrinas, pero el encuentro se volvió una tortura desde el final de la primera parte, cuando el Barça le endosó prácticamente en 15 minutos tres goles que dejaron la pelea por el trofeo sin más trama que saber a cuánto iba a ascender la goleada. “Nosotras seguimos nuestro camino como desde el principio en nuestra corta historia. Obviamente, nuestro objetivo es ganar títulos, y eso pasa por ganar al Barcelona, que es el vigente campeón, y vamos a trabajar para alcanzarlo”, dijo la lateral izquierda, a la que se le vieron gestos de frustración durante y después del partido por la diferencia de nivel que hay aún entre el club que domina en Europa y el Madrid, que en su quinto año de vida ha dado un paso adelante tan evidente como insuficiente todavía para competir con las azulgranas.

Carmona, como Tere Abelleira, lleva en el Real desde el primer año. La capitana ha visto la progresión del equipo desde entonces. Este curso, el conjunto blanco se ha clasificado por segunda vez para los cuartos de final de la Champions después de tutear al Chelsea —uno de los cocos de la competición—, es segundo en Liga con un buen margen de puntos sobre el tercero (Atlético) y ayer en Leganés jugó la segunda final de su historia. Pero la capitana también ha sufrido esta temporada dos mazazos contra el Barça. El primero ocurrió en noviembre en la Liga, cuando las azulgranas le calzaron un 0-4 en el Alfredo di Stéfano, y el segundo sucedió el domingo en Butarque.

Los resultados fueron un baño de realidad para un equipo que soñaba con arañar algo de una vez esta temporada ante el Barcelona, pero que ha perdido en los 16 enfrenamientos directos. El Madrid se reforzó en verano con jugadoras internacionales que han elevado su competitividad —Leupolz, Lakrar, Angeldahl, Sheila García, María Méndez, Alba Redondo, Antonia, Eva Navarro— y recuperó en septiembre a Caroline Weir —la talentosa zurda que se perdió casi todo el curso pasado por una rotura de ligamento—, pero de momento solo ha cosechado dos goleadas sonrojantes ante el equipo que en 2024 levantó los cuatro títulos posibles —Liga, Champions, Copa y Supercopa— y que desde el curso 2019-2020 ha conquistado 14 de los 16 trofeos nacionales que ha habido en juego.

El entrenador, Alberto Toril, explicó en rueda de prensa cómo había visto la final: “Ha sido una victoria contundente, pero dentro de esa contundencia hay lecturas. Hasta el minuto 32 ha estado igualado. El 3-0 al descanso era muy abultado por lo visto en el campo. Es una derrota, pero hay cosas buenas que son importantes para nuestro futuro”. El técnico andaluz enfatizó el paso adelante de este curso y sobre todo se justificó en la dificultad que supone competir contra el Barça, que ha jugado las últimas cuatro finales de Champions y ha ganado tres: “Delante hay muy buen equipo y es complicado. Nosotras seguimos creciendo, seguimos dando pasos, jugamos finales, nos asentamos en posiciones, jugamos Champions, cuartos de final entre las ocho mejores de Europa... En el coeficiente UEFA hemos pasado del 23 al ocho en los últimos años. Eso indica que crecemos, pero delante tenemos a un equipo que está dominando Europa. Nosotras queremos llegar poco a poco, pero no es fácil”.

El Madrid, que no le marca un gol a las catalanas desde hace dos años —seis partidos sin anotar—, ha logrado esta temporada convertirse en un segundo escalón del fútbol español, como dijo el pasado jueves José Luis Sánchez Vera, el entrenador de la Real Sociedad, tras caer en semifinales ante el conjunto de Toril. También Pere Romeu, el técnico del Barça, habló el domingo de la mejoría del Real: “Su plantilla es mejor que los años anteriores, tiene más recursos y alternativas de los que tenía, y pienso que es un equipo que seguirá creciendo y mejorando”. El paso adelante, sin embargo, es aún insuficiente para competir de verdad contra el Barcelona sin que desde la entidad se escuche cierta autocrítica al respecto.