La dulce y ejemplar transición del capitán Koke

El Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone puede sumar este domingo (16.15, Movistar) ante Osasuna su decimocuarta victoria consecutiva, lo que supondría la mejor marca en la historia del club. El triunfo también le otorgaría el simbólico título de campeón de invierno a un equipo que se ha acostumbrado a jugar sin Koke. El capitán vive en este curso lo que intuía ya en la pretemporada, cuando por primera vez percibió que podría jugar menos y así lo manifestaba en su entorno y en el Cerro del Espino.

Con 33 años cumplidos el pasado miércoles, Koke está en el primer capítulo de una transición que nunca es fácil de digerir para veteranos que fueron siempre intocables. “Con él tenemos una cosa a favor, que nos conoce desde hace muchos años. Ya convivió con este tipo de situaciones con un montón de compañeros y amigos suyos (Gabi, Filipe Luis, Juanfran o Godín) que han atravesado esta situación que le está tocando atravesar a él”, explicaba este sábado Simeone. La confianza que el técnico siempre ha tenido en Koke, y aún mantiene, tiene que ver con su sentido táctico. No hace mucho, cuando sus ausencias en el once coincidían con derrotas, estas se explicaban desde su no presencia en el campo. Por encima de lo que pudiera aportar con la pelota, se imponía la creencia de que el equipo se desordenaba en exceso sin el jugador con más partidos de la historia del club (664). Hasta la aparición de Pablo Barrios, no había un futbolista en el plantel rojiblanco capaz de equilibrar al equipo con su sacrificio en las coberturas, las suyas propias y las que tapaban los agujeros tácticos que dejaban otros. En esto, Koke se emparenta con la leyenda de Adelardo, al que desbancó como jugador que más veces ha vestido la camiseta del Atlético.

Para Simeone no ha sido fácil tomar la decisión. La comenzó a concretar con la visita al PSG (1-2) y desde entonces Koke solo ha sido titular en tres partidos (Alavés, Mallorca y Cacereño). Si este domingo tampoco juega de inicio sumaría su quinta suplencia consecutiva en Liga. “Lo que me deja más tranquilo es su plenitud, sus ganas, su entusiasmo, su interpretación, su conciencia de dónde está y el capitán que es para nosotros y lo importante que es en los momentos que le llamemos a la causa. Está claro que, como todo futbolista, más allá del tiempo, cuando yo era grande también quería jugar siempre. Es lógico. En este caso, está compitiendo ahí con Pablo [Barrios], pero lo vamos a necesitar”, abundó el Cholo.

Por su bonhomía no se esperaba otra cosa que esa transición hacia la suplencia de Koke fuera ejemplar. Gabi o Godín torcieron más el gesto cuando les llegó su hora. Esto le ha facilitado mucho la decisión a Simeone en términos de convivencia en la caseta. Simeone lo sabe y ayer también le hizo un guiño a otros veteranos de carrera ilustre. “Hablo de los chicos más grandes que por ahí están jugando menos, ya sea Axel [Witsel] o César [Azpilicueta], los vamos a necesitar. Los ves entrenar y dices ‘cómo hago para darle una opción que el otro está jugando muy bien’. Uno sufre como entrenador en no darle esa posibilidad por cómo se entrenan, pero estoy en un lugar donde hay que elegir. Los vamos a necesitar a todos. Seguro”, advirtió el técnico rojiblanco. Koke ha entrado bien en la mayoría de los partidos que partió desde el banquillo.

Ningún futbolista en la era del Cholo que haya tenido malos momentos con la pelota ha defendido más su puesto con sentido táctico, kilómetros y esfuerzo colectivo que Koke. Si el equilibrio del equipo le mantuvo en el once en sus momentos más bajos, también le ha relegado al banquillo. Y es curioso porque Simeone lo ha hecho tras cambiar el sistema y jugar con un centrocampista más al pasar del 5-3-2 al 4-4-2. Barrios y De Paul se han consolidado en el eje del centro del campo. A la derecha, primero Giuliano y ahora parece que Marcos Llorente, se han hecho con el puesto. A la izquierda, la apuesta es Gallagher o Lino, aunque en ese flanco se le puede abrir un hueco a Koke en el once si el inglés o el brasileño no acaban de romper. La posición no le es extraña. Ya la ocupó el año de su explosión, que coincidió con el título liguero de la campaña 2013-14. En los entrenamientos previos al partido en el Camp Nou, Simeone meditó mucho alinear a Koke en el lugar de Gallagher.

Sin embargo, es Barrios el principal competidor de Koke. Sobre el volante de Moratalaz ya cuelga la etiqueta de sucesor del capitán. Esto no agrada al técnico, que no quiere sobrepresionar a Barrios. “Las comparaciones nunca son buenas, porque cada futbolista es diferente. Cada uno tiene características diferentes, más allá de que Koke ya ha demostrado todo lo que ha demostrado en su larga carrera en el club y Pablo [Barrios] empieza a mostrar con su juventud, su plenitud, su vitalidad y toda esa fuerza que necesitamos para los chicos que suben de la cantera para darle al primer equipo. Él lo está haciendo”, explicó Simeone. De sus palabras se deduce que la energía de Barrios es uno de los motivos que han relegado al vallecano. “Esperar que Koke nos siga dando, el tiempo que siga estando con nosotros”, prosiguió Simeone. Koke renovó la temporada pasada por un año y al final del curso decidirá qué hacer.