La Federación y LaLiga rechazan la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor
La RFEF rechaza el visado para los dos futbolistas del Barça a pesar de que la patronal amplia el límite salarial y reconoce al club en paz con el ‘fair-play’ financiero. Laporta acudirá “al CSD para que los jugadores puedan disputar ya la Supercopa”
La carta de salvación que decía tener el Barcelona para solventar los problemas con la inscripción de dos de sus futbolistas —su fichaje estrella del pasado verano, Dani Olmo, y una de las perlas del equipo de Hansi Flick, Pau Víctor— no ha servido para salvar absolutamente nada. Al menos, no de momento. Y el Barça tuvo que disputar anoche su primer partido del año 2025, el de Copa contra el Barbastro, con esos dos jugadores menos en su plantilla.
La Comisión de Seguimiento del Convenio de Coordinación RFEF-LaLiga informó ayer por la mañana de su negativa. En una nota, señalaba que dicha comisión “está de acuerdo en no conceder el visado previo ni la licencia definitiva solicitada por el FC Barcelona para los jugadores Daniel Olmo Carvajal y Pau Víctor”. La entidad azulgrana, por su parte, no quiere dar el tema por zanjado. Desde las oficinas del Camp Nou aseguran que el Barça solicitará una medida cautelar al Consejo Superior de Deportes (CSD) y, en el caso de que no prosperase la petición por la vía administrativa, acudiría a la justicia ordinaria. “Iremos al CSD para que los jugadores puedan disputar [al menos ya] la Supercopa”, subrayaban desde el Barça. El equipo de Hansi Flick, tras debutar ayer en la Copa del Rey, viajará el día 7 a Arabia Saudí para participar en la Supercopa de España, que se dirime junto a Madrid, Athletic y Mallorca.
Después de que el Barcelona no presentara a LaLiga la documentación necesaria para regularizar su fair-play financiero el pasado 31 de diciembre, día en que expiraban las licencias de Dani Olmo y Pau Víctor, la patronal borró a ambos jugadores de la plantilla azulgrana. Los abogados del club defenderán ante el CSD que cumplieron con los requisitos exigidos antes del fin de ese día 31, pero “el dinero no llegó por causa de fuerza mayor hasta el día 3; aunque los contratos estaban suscritos y presentados”. En el Barça siempre insistieron en que se solucionaría el entuerto. “La Federación nos dará las licencias”, les explicaban los máximos directivos del Barça a los jugadores, ya hartos después de más de cuatro meses de incertidumbre. El Barcelona no engañaba a sus futbolistas: la Federación trabajaba en una solución para que la entidad catalana pudiera contar con Olmo y con Víctor. “Primero hay que esperar que el Barça complete la documentación en LaLiga y luego veremos qué interpretan los juristas”, aseguraban desde Las Rozas.
La interpretación a la que hacían referencia fuentes de la Federación remitía a los artículos 130.2 y 141.5 del Reglamento General de la RFEF. El primer artículo sostiene que “un/a futbolista podrá estar inscrito/a en un solo equipo de un club, sin posibilidad de ser dado de baja y alta por el mismo en el transcurso de la misma temporada”, mientras que el segundo completa: “Los/as futbolistas cuya licencia se cancele, no podrán, en el transcurso de la misma temporada, obtener licencia en el mismo equipo del club al que ya estuvieron vinculados”.
Pero a pesar de que LaLiga ampliara el límite de coste del Barça el día 3 de enero, es decir, a pesar de regresar a la regla del uno por uno después de que el club activara su última palanca y presentara el comprobante de cobro de 28 millones correspondientes a la venta por 100 millones de los palcos Vip del nuevo Camp Nou, LaLiga y la Federación decidieron rechazar la petición de nuevas licencias para Olmo y Víctor. La buena predisposición de las entidades —Rafael Louzán, el nuevo presidente de la RFEF, se mostraba receptivo para resolver el caso Olmo, “un futbolista importante para España”—, chocaba con el reglamento y con la voluntad del resto de los clubes, que pedían no incurrir en un agravio comparativo. “Esperamos que simplemente se mantengan las normas para todos”, dijo Simeone. Y Ancelotti concluyó: “Hay que respetar a todos los clubes y a las reglas”.
El Barcelona guarda una última carta: el CSD y la interpretación que este haga del caso. En el caso de que el Barça acabe agotando todas sus opciones sin éxito y no pudiera inscribir a Olmo, el jugador quedaría en libertad. Una situación que implicaría un nuevo desajuste económico de cerca de 120 millones de euros para el Barça. El club debería pagar los 48 millones de traspaso al Leipzig, más los seis años de contrato al jugador. LaLiga y la Federación quieren dar por zanjado el caso Olmo y Víctor, mientras el Barcelona continúa buscando una nueva rendija para salvar una situación de mala praxis económica.
El área de finanzas del club desaconsejó el pasado verano el fichaje de Dani Olmo. “Estamos excedidos de fair-play. No se podrá inscribir”, alertaron desde el área de finanzas al área deportiva cuando Laporta insistía en que quería una operación rimbombante. El área deportiva se encontró en una disyuntiva: entre la prudencia de los ejecutivos y la temeridad de los directivos. La osadía se impuso a la sensatez y Dani Olmo llegó al Barça a cambio de 48 millones, más variables y con un contrato de seis temporadas. Joan Laporta no quiso escuchar. Ahora, su autoimpuesta sordera está en manos del CSD.
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