Principio de paz para Dani Olmo: el Barcelona consigue equilibrar su ‘fair-play’ financiero

Principio de paz para Dani Olmo y Pau Víctor. El futuro de los jugadores en Barcelona sigue en el aire, borrados de la plantilla por LaLiga después de que el pasado 31 de diciembre expirara el plazo para que la entidad azulgrana regularizara su fair-play financiero ante la patronal. Sin embargo, en el Barcelona aseguran tener una carta salvadora: tras enviar a la institución que preside Javier Tebas el comprobante de que habían recibido el adelanto de 28 millones de euros, correspondientes a la venta de los asientos Vips del nuevo Camp Nou vendidos por 100 millones, el club regresó a la regla de 1x1, es decir, a la normalidad para inscribir futbolistas frente a LaLiga.

“El Barça deja así de estar intervenido con una norma que habilita a la entidad azulgrana a entrar en el mercado invernal de fichajes con plena normalidad. Desde el club barcelonista se recuerda que recuperar la regla 1:1 era condición indispensable para la inscripción de Olmo y Pau Víctor, algo que se pidió el 30 de diciembre”, aseguró la entidad al borde de la medianoche de este viernes. La solución, sin embargo, todavía no está resuelta. Primero porque LaLiga todavía no se pronunció; pero segundo, y sustancialmente más importante, porque en el caso de que la patronal visara la documentación enviada por el Barça, la Federación no puede entregar una segunda licencia a un futbolista para jugar en un mismo club durante la misma temporada. Olmo y Víctor, en este caso, reglas en mano, no podrían continuar en el Barça por mucho que la entidad azulgrana haya resuelto sus jeroglíficos económicos ante la patronal. “Si LaLiga aprueba el visado, ahí estarán los juristas para hacer sus interpretaciones. La realidad es que el Barça no ha querido pedir dos licencias, pero también tuvo tiempo para resolverlo”, subrayan en la Federación. Y rematan: “El Barcelona ha enviado esta noche un correo informativo actualizando la situación a LaLiga y la RFEF, pero sigue sin constar en esta última ninguna solicitud de tramitación de licencia por parte de LaLiga sobre los futbolistas conforme a los cauces establecidos”.

A pesar de que Rafael Louzán, presidente de la RFEF, se muestra receptivo para resolver el caso Olmo —”Un futbolista importante para España”, según aseguran en Las Rozas—, al nuevo mandamás de la Federación se le presenta un dilema: el resto de los clubes. “Esperemos que las normas sean iguales para todos”, remarcó este viernes Simeone, entrenador del Atlético de Madrid.

“Si te soy sincero”, había anunciado el entrenador azulgrana, Hansi Flick, el mismo viernes, unas horas antes; “no estoy contento con la situación. Los jugadores no lo están”. No era un momento fácil con el que lidiar para el técnico alemán: era la primera persona del club en comparecer públicamente tras la esperpéntica crisis de la inscripción de Dani Olmo. Tras escuchar las explicaciones del presidente Joan Laporta y después de que el área de comunicación descartara la comparecencia o algún tipo de explicación de otro responsable de la entidad catalana, Flick dio la cara. No estaba cómodo, mucho menos a gusto. “No es mi trabajo hablar de esto. Mi trabajo es reajustar el equipo. Dani y Pau son optimistas, quieren jugar para el club”, concluyó el técnico, antes de que el Barcelona visite este sábado al Barbastro en el duelo de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey (a las 19.00, en Movistar).

Aunque incrédulo frente a la incertidumbre reinante, Dani Olmo siempre se ha mostrado optimista. Lo hizo desde el primer día. Un optimismo que, en su momento, por ejemplo, no mostraban los diferentes estamentos del club. “No aconsejamos el fichaje de Dani Olmo. Estamos excedidos de fair-play. No se podrá inscribir”, alertaron desde el área de finanzas al área deportiva el pasado verano, cuando Laporta insistía en que quería una operación rimbombante para el Barça. El área deportiva, entonces, se encontró en una disyuntiva, la misma de siempre en los últimos años en los despachos del Camp Nou: escuchar a la prudencia de los ejecutivos o la temeridad de los directivos. La osadía se impuso a la sensatez y Dani Olmo llegó al Barça a cambio de 48 millones, más variables y con un contrato de seis temporadas.

Olmo no tardó en descubrir que los ejecutivos del club tenían razón. Algo, sin embargo, que ya conocía de primera mano, aunque su voluntad estaba por encima de su juicio. Mientras el Barcelona negociaba con el RB Leipzig, el futbolista estaba concentrado con jugadores del Barça, pocos tan aleccionados de las improvisaciones de la directiva como Iñigo Martínez, fichado por dos temporadas, pero inscrito de una en una, una extraña excepción de la Liga. Ya una vez en Barcelona, el día que Dani Olmo se presenta con todo su entorno en las oficinas para celebrar la firma del contrato y posar con el dorsal número 20, el club le suelta que no podrá inscribir la totalidad de su contrato. Entre emocionado por regresar a su casa y confundido por el planteo de la entidad, Olmo acepta la propuesta de que se inscriba solo un año de contrato a cambio de obtener la carta de libertad y de cobrar la totalidad del contrato en caso de que no se cumpliera la inscripción.

Unos días más tarde, tras perderse los dos primeros partidos de la Liga por no estar resuelta su situación, Olmo recibe un nuevo revés: “Solo te podremos inscribir hasta diciembre”. Ya no le quedaba más alternativa que aceptar. El futbolista intentó borrar la incertidumbre de su cabeza. Y durante unos meses lo logró. En diciembre, sin embargo, cuando el club todavía no había regularizado el fair-play con LaLiga, Olmo llamó dos veces a las puertas de los despachos. En ambos casos, mismo mensaje: “Lo vamos a hacer”. Pero el futbolista regresó de las vacaciones y nada se había resuelto.

Ni siquiera se resolvió tras vencer el plazo del 31 de diciembre. Ya sin calma Dani Olmo, mantenía la misma ilusión: “Me quiero quedar en el Barça”, contó en el vestuario. Y, de nuevo, fue a pedir explicaciones al club: “Recibiremos el dinero de los palcos y te inscribiremos”. A Olmo, ya vacío de tranquilidad, no le quedaba más remedio que confiar en el Barça. Y así lo hizo. Ahora, más de cinco meses después de su fichaje parece que su inscripción será completa. Falta, sin embargo, la confirmación oficial de LaLiga de que el Barcelona regresó a la regla del 1x1, pero, sobre todo, falta la licencia de la Federación.