Louzán escenifica la unidad del fútbol con Tebas como vicepresidente de la RFEF

Como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán escenificó este jueves la unidad de fútbol español con el nombramiento de su primera junta directiva. En ella figuran como vicepresidentes Javier Tebas, presidente de LaLiga; Beatriz Álvarez, presidenta de LaLiga F, y David Aganzo, presidente, del sindicato de futbolistas (AFE). El tríptico de estas vicepresidencias es un paso más en el restablecimiento de las relaciones de la RFEF con tres estamentos con los que libró una guerra total bajo la presidencia de Luis Rubiales.

El primero en acercar posturas con LaLiga fue el inhabilitado Pedro Rocha, pese a que Tebas llegó a decir de él que no era el mejor candidato para presidir la RFEF y al que llegó a calificar de “florero”. Ahora ha sido Louzán, al que Rocha eligió como su sucesor, el que ha extendido los puentes con estas vicepresidencias federativas para sendas patronales y el sindicato mayoritario. Tebas será el representante único de los clubes en la directiva de la RFEF, quedando fuera el Real Madrid, el Barcelona, el Athletic o el Atlético de Madrid. No es la primera vez que un presidente de LaLiga ocupa una vicepresidencia federativa. Villar ya lo hizo con Pedro Tomás y José Luis Astiazarán, aunque fue más por cortesía institucional que por el peso que tuvieron. Tebas, por trayectoria, será más activo, aunque comparta directiva con presidentes de territoriales como Jacinto Alonso (Rioja), José Miguel Monje Carrillo (Murcia) o Joan Soteras (Cataluña), todos parte del núcleo duro de la Federación que bautizó como “la casa de los horrores”. Es llamativa en la nueva directiva de la RFEF la ausencia de Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico Arbitral. Hay que ver si esta decisión corresponde a que Louzán necesitaba eliminar a dos antiguos directivos, para llegar a la igualdad del 50% entre hombres y mujeres, o es el primer paso a la externalización del arbitraje al estilo Premier League.

Después de todos los escándalos que han sacudido a la Federación en los últimos años, tanto Tebas como Beatriz Álvarez y David Aganzo han aceptado el puesto en la directiva federativa a sabiendas de que Louzán está pendiente de que el Tribunal Supremo aborde el próximo 5 de febrero su recurso contra la condena a siete años de inhabilitación para ocupar cargo público por prevaricar con la subvención para la remodelación de un campo de fútbol en Moraña. Los hechos sucedieron cuando Louzán presidía la Diputación de Pontevedra por el PP.

La condena ya no supuso impedimento alguno para que el pasado 16 de diciembre 90 asambleístas eligieran al barón gallego como su nuevo presidente. Todos, con sus votos, apoyos públicos o formando parte de su directiva, asumen el riesgo de que la institución federativa y el fútbol español protagonicen otro bochorno internacional si el Supremo ratifica la condena de Louzán. Este también está en alerta ante una posible intervención del Consejo Superior de Deportes (CSD) para tratar de inhabilitarle. Fuentes del organismo que preside José Manuel Rodríguez Uribes aseguraban hace un mes con rotundidad que elevarían una denuncia al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) si Louzán accedía a la poltrona del fútbol español por incumplimiento de los estatutos federativos en sus artículos 19.4 y 24.

El primero de ellos establece como condición para ocupar cargos en la Federación “no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos”. El artículo 24 tiene que ver con el cese en los cargos para cualquier persona afectada por las restricciones del 19. Louzán defiende que su condena aún no es firme, aunque la normativa estatutaria federativa no lo exige. También alega el dirigente gallego que la orden ministerial que regula las elecciones en las federaciones deportivas, impulsada por el propio Rodríguez Uribes cuando era ministro de Cultura y Deportes, es de rango superior a los estatutos federativos y sí establece que la condena sea firme.

El pulso entre el CSD y Louzán, de momento lo gana este último, que ha hecho un par de nombramientos estratégicos por si el CSD le inhabilita ahora o el Supremo no le exonera. La abogada gallega Beatriz Seijo, que participó en un informe jurídico repartido entre los barones territoriales afines a Louzán y en el que se recomienda cambiar los estatutos federativos, precisamente en los artículos que juegan en contra del nuevo presidente, ha sido incluida en la junta directiva. Este periódico preguntó ayer a Louzán y a la RFEF si el nombramiento de Beatriz Seijo tiene que ver con el fin de cambiar la normativa estatutaria, pero no obtuvo respuesta.

El otro nombramiento es el del extremeño Sergio Merchán como primer vicepresidente. A este, delfín de Rocha, le cedió 25 avales Louzán para que se presentase a las elecciones por si el CSD le denunciaba por causa de inelegibilidad. Los servicios jurídicos del CSD lo estudiaron, pero dudaron de si el organismo tenía legitimidad. Una vez que Louzán fue elegido, la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, anunció con cautela que el CSD “estudiaría los pasos a dar cuando se cumplieran las 48 horas establecidas” para la impugnación de los resultados electorales. Ocho días después de agotarse el citado plazo y pese a las duras reticencias públicas que tanto la ministra como el secretario de Estado han hecho contra la presidencia de Louzán, el CSD sigue sin mover ficha. Fuentes gubernamentales aseguran que los servicios jurídicos del organismo siguen analizando informes.

Tanto Alegría como Rodríguez Uribes ya comprobaron cómo la Comisión para la Normalización y la Representación de la RFEF, anunciada a bombo y platillo por ambos y presidida por Vicente del Bosque, fracasó en la Eurocopa al ser Rocha el que se sentó en los sillones nobles de los estadios alemanes. La manida frase de los mentideros federativos que dice que “al fútbol lo gobierna el fútbol” se impone de nuevo bajo la presidencia de Louzán.