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El Camp Nou, escudo contra la SAD

El Barça apuesta por el nuevo estadio para regatear la crisis económica y se distancia del modelo de propiedad que plantea Pérez para el Real Madrid

Camp Nou
El Barcelona planea abrir el Camp Nou en febrero de 2025.Gianluca Battista
Juan I. Irigoyen

El pasado reciente del Barcelona se explica a través del Camp Nou. También su futuro. Si la mudanza del campo de la calle Industria al de Les Corts supuso la mayoría de edad para un club cada vez más popular, la inauguración del Camp Nou en 1957 elevó el estatus internacional de una entidad representada por la figura de Kubala y el éxito de la Copa de Ferias, la apuesta azulgrana en oposición a la Copa de Europa de Bernabéu y el diario L’Équipe. La ampliación del estadio en 1982, sede de la inauguración del Mundial de España, y de la final olímpica de 1992 marcaron el camino para acabar con la frustración europea a partir del Dream Team y de la figura de Messi. Ahora es la marca Barça la que exige un nuevo Camp Nou.

“La construcción del campo nuevo se convertirá en un punto de inflexión, quizá el más importante de la historia del Barcelona. No solo como un hecho económico sino de concepto: es la base para mantener el club tal y como lo conocemos, la base para adaptarnos al siglo XXI y a su política de entretenimiento”, explica Elena Fort, vicepresidenta del área institucional. Frustrados los proyectos de Barça 2000 (Núñez), Foster (primera presidencia de Laporta) y el Espai Barça de Nikken Sekkei (Bartomeu), Laporta encontró en su nuevo mandato su segunda oportunidad para construir el nuevo estadio. El desafío se aventuraba mayúsculo. “Era un reto”, destaca Fort. Cuando Laporta recuperó el mando en 2021, el club se encontraba, según el entonces director general, Ferran Reverter, “en quiebra técnica”. El patrimonio neto era negativo (451 millones) y la deuda ascendía a 1.350. En ese contexto, la junta apostó por el nuevo Camp Nou.

“Valoramos algo que no tenía retorno: o construíamos el nuevo estadio o estaríamos en una situación de desventaja respecto a otros clubes”, analiza Ferran Olivé, tesorero del club. En la última asamblea, el patrimonio neto se cifró en 91 millones en rojo y la deuda en 1.300 millones. A esa cifra hay que sumarle los 1.450 millones de pasivo que se estiman que se destinarán al Camp Nou (1.000 millones de bonos y 450 de deuda bancaria). “El nuevo estadio se paga solo”, advierten desde el área económica. El plan del club es que el nuevo estadio genere cerca de 350 millones, de los cuales 250 se utilizarán para amortizar la deuda.

“Hay que dotar al club de infraestructuras para protegerlo de la posible tentación de cambiar el modelo de propiedad. Ese es el valor más importante de la marca Barça. Y lo vamos a proteger por encima de todo”, insiste Fort. Después de que Florentino Pérez anunciara un referéndum para cambiar el modelo de club del Madrid, el Barça insiste en que descarta la opción de la sociedad anónima deportiva. Según entienden en la directiva, un club bien administrado, en definitiva, económicamente fuerte, puede regatear la SAD. Una idea de club en la que todos coinciden. “La SAD no es la solución idónea ni la correcta”, subraya, desde la oposición, Joan Camprubí. “El modelo no se toca”, se sumó Víctor Font, candidato a la presidencia en 2021. “El Barça”, dice Gerard Piqué; “es distinto respecto a todos los clubes del mundo. Su propiedad se divide entre 140.000 socios. Milan, Inter, Juventus, United, Chelsea, PSG o Bayern solo pertenecen de manera virtual a sus aficionados”.

El Camp Nou se visualiza como la fuente de ingresos que revitalice la economía del club. Laporta se distancia de Florentino en el modelo de propiedad; quedará por verse, en cualquier caso, si continúa asociado al Madrid en la dilatada y tortuosa idea de la Superliga. A partir del año que viene, el nuevo estadio ejercerá de anfitrión en la nueva Champions, también será la casa de uno de los proyectos deportivos más talentosos del fútbol actual. “Lamine Yamal explica el modelo de país, el modelo de club. Un hijo de inmigrantes, perfectamente adaptado a Cataluña y que habla catalán” , dice Fort. “El futuro del Barça es Lamine, pero también Gavi, Pedri, Casadó y Cubarsí. Aparece otra generación fantástica”, aseguran desde el área deportiva.

Lamine tendrá la casa nueva que no pudo tener Leo Messi. Y Laporta, su escudo contra la SAD.


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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
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