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A la espera de Kylian Mbappé, ‘Kiki’, el jugador del distrito 93

El futbolista francés de Bondy afronta su primera noche de exigencia en el Real Madrid con la estela de la exhibición de Vinicius en Champions

Kylian Mbappe
Kylian Mbappé, contra el Borussia Dortmund en Champions en el Bernabéu.NurPhoto (NurPhoto via Getty Images)
Lorenzo Calonge

Cuando Kylian Mbappé llegó a la cantera del Mónaco con 14 años, los primeros meses se alojó en unas habitaciones situadas en los bajos del estadio del club, el Luis II, junto a otros compañeros con los que estudiaba y entrenaba. En esos inicios, le tocó un técnico que le exigía presionar a los rivales, una demanda que el joven no siempre cumplió y que le llevó con frecuencia al banquillo. La situación no gustó a la familia y su padre fue a L’Equipe a quejarse, como cuenta el director del periódico, Lionel Dangoumau, en el documental Tras las huellas de Mbappé. Una década después, y consagrado ya como figura mundial, otro documental, el de Luis Enrique, ha reavivado el asunto. En un pasaje de la pieza estrenada hace unas semanas, se ve al preparador del PSG pedirle a Kiki (así lo llama) antes de la vuelta de los cuartos de Champions contra el Barcelona del curso pasado que fuera “un ejemplo” para sus compañeros y “un líder de verdad”, y que presionara sin descanso a Cubarsí y Ter Stegen.

A Carlo Ancelotti le han insistido sobre esto en las últimas semanas y su mensaje ha sido tajante. “Prefiero que marque goles a que presione”, sentenció el italiano. “A Benzema le pedía lo mismo, que se posicione para intentar una transición rápida cuando recuperamos el balón”, amplió el técnico sobre un jugador que este sábado afronta su primera noche de exigencia en el Madrid. Recibe al Barcelona (21.00, DAZN; vuelve Brahim a una lista sin Rodrygo, Courtois, Carvajal y Alaba) con ocho tantos (igual que Vinicius), tres de ellos de penalti, y la sensación clara de que todavía le queda margen de mejora. En varias fases, se le ha visto con dificultades para conectarse al juego del equipo.

“Poco a poco está buscando su mejor versión”, comentó este viernes Carletto. “No tenemos prisa, ni yo, ni la plantilla ni él. Estamos satisfechos de lo que está haciendo. Obviamente, va a hacerlo mejor porque tiene todas las calidades”, añadió bajo la estela aún de la exhibición de Vini ante el Dortmund. Esa noche, tras lo sucedido en la jornada europea, Thierry Henry le pasó el escáner a su compatriota. “¿Está jugando su mejor fútbol como en el PSG? No. Tiene que aprender”, aseguró. “Sé que es muy difícil para él en este momento. Marcar goles no es suficiente en este tipo de clubes. Voy a hacer de abogado del diablo: siempre decimos que a un jugador le lleva tiempo adaptarse a un nuevo equipo, pero, desafortunadamente, cuando usas esta camiseta no te dan mucho tiempo”, advirtió.

Voy a hacer de abogado del diablo: siempre decimos que a un jugador le lleva tiempo adaptarse a un nuevo equipo, pero, desafortunadamente, cuando usas esta camiseta no te dan mucho tiempo
Thierry Henry

Mientras ajusta el aterrizaje, también físico, Mbappé continúa los pleitos con el PSG, al que reclama 55 millones por primas y salarios. Este viernes, la Comisión Paritaria de Recursos de la Liga Francesa le dio la razón, aunque la entidad todavía puede apelar. Un refuerzo, en todo caso, en unos tiempos complejos para él en lo personal tras conocerse que podría estar relacionado con una denuncia por agresión sexual en un hotel de Estocolmo donde pernoctó hace dos semanas. El ruido mediático ha bajado, pero la nube no ha desaparecido.

El Barcelona es el rival no francés al que más dianas ha metido (seis en cuatro duelos de Champions) y, en esta ocasión, la zaga muy adelantada de los azulgranas le puede abrir una ventana para correr al espacio, la gran especialidad de este chico criado en las liguillas de Bondy, una de las 40 comunas del departamento 93 de París, un suburbio convertido en una fábrica de futbolistas físicos. Ancelotti le ha respetado la izquierda a Vinicius por el estatus adquirido, así que a él le ha quedado una posición más centrada (ver abajo los mapas de calor). Cuando han sido dos atacantes se le ha visto algo más cómodo que con tres, al disponer de más aire, y la baja de Rodrygo empuja a Carletto hacia esta configuración en el clásico.

Mapa de calor de Kylian Mbappé la temporada pasada en el PSG (izquierda) y esta en el Madrid (derecha)
Mapa de calor de Kylian Mbappé la temporada pasada en el PSG (izquierda) y esta en el Madrid (derecha)

La posición de delantero centro, la que ha ocupado en formación de tres, nunca ha sido su preferida. Y lo dejó claro. En octubre de 2022, Christophe Galtier lo ubicó de ariete en un empate con el Reims y él replicó con ironía en sus redes: “#pivotgang”, un comentario que todo el país interpretó como una protesta. Dos meses antes, ya lo había argumentado con la selección: “Con Francia me piden cosas diferentes que en el PSG y tengo mucha más libertad. Está Giroud como nueve que fija las defensas y yo puedo ir al espacio. En París me piden que haga de pívot y es diferente”, advirtió. En el Madrid, de momento, con un perfil bajo distinto al del Parque de los Príncipes, ha acatado sin queja pública lo que le ha tocado. “Ahora llego yo y me tengo que adaptar al equipo”, insistió en la presentación.

Su estadística más básica apenas cambia respecto al último curso en tiros (cinco cada 90 minutos), regates intentados (5,7 frente a los 5,9 de la pasada campaña); y presiones (31,8-30,7). Sin embargo, algunas diferencias con Vini son sensibles: el brasileño ha anotado lo mismo (ocho) disparando casi la mitad a puerta (15-27) y presiona muchas más veces (46,2). El fragor del clásico espera a Kiki.

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