España, del éxtasis en la Eurocopa a la sequía en Serbia
En la primera jornada de la Nations League, la selección de Luis de la Fuente firmó un partido gris y se encontró con Rajkovic cuando logró generar ocasiones
El confeti del éxtasis esparcido por la brillantez de España en la Eurocopa se esfumó de manera repentina apenas mes y medio más tarde en Belgrado ante una Serbia que se fue por la puerta de atrás de aquel torneo y resistió todas las vías que exploró la Roja hasta dejarla seca. Al equipo de Luis de la Fuente, que comenzaba la defensa de la Nations League, el título que levantó en junio de 2023, no le funcionó ninguna de las soluciones que sí le habían dado resultado en Alemania. Ni el camino de las bandas de Nico Williams y Lamine Yamal, el más peligroso del partido, ni el que atravesaba el centro con Fabián y Olmo. España se fue de vacío de Serbia en un duelo en el que no contó con su columna vertebral: Unai Simón (recién operado), Rodri (sancionado) y Morata (sancionado y lesionado).
El paisaje era el esperado. Serbia se instaló con una línea de cinco y otra de cuatro por delante, muy juntos todos, solo con Jovic unos pasos por delante. España, de nuevo frente al viejo acertijo de los equipos erizo, con su protección de púas, que defienden pero también pinchan cuando enfilan hacia la otra portería. La Roja comenzó la exploración de la armadura con cierta parsimonia, muchos balones entre Laporte y Le Normand, y movimientos entre líneas de Fabián y Dani Olmo. Por delante, Ayoze, delantero en Belgrado, muy incómodo sin campo para correr, probaba a desordenar insistiendo en amagos y Lamine tanteaba a Birmancevic por la derecha. La primera misión de reconocimiento concluyó con un susto en el otro lado. Serbia descubrió la pelota tras unos minutos de contemplación y, en un parpadeo, Lukic ya había tirado alto.
De otro estirón sacaron un córner y en la siguiente, un disparo desviado de Jovic. Los locales amenazaban pese a que se habían presentado aparentemente con todo en contra. La decepción de Serbia en la Eurocopa, donde cayó en la fase de grupos sin ganar ni un partido, se tradujo en un estadio Rajko Mitic con bastantes calvas. Apenas recordaba a aquel mítico y fiero Pequeño Maracaná. Los que sí se presentaron en las gradas jalearon a Lamine y Nico en las presentaciones y abuchearon con ganas al seleccionador, el exfutbolista Dragan Stojkovic. Pese al desamor, su pizarra aguantaba, aun con la colección de ausencias, entre lesiones (Milinko-Savic, Mitrovic, Veljkovic y Maksimovic) y renuncias, como la de Vlahovic, su mejor delantero. El público celebró el 0-0 al descanso, que pudo ser mejor si Jovic no la hubiera echado fuera solo ante Raya.
España se conducía con la paciencia de quien confía en sus armas. Y poco a poco Olmo y Fabián, que se mueven con destreza en esos espacios claustrofóbicos, iban encontrando grietas en el entramado serbio, que se destensaba con el correr del reloj. Se afinaban las combinaciones de cabina de ascensor de Nico, Lamine, Olmo y Fabián, y aparecía algo de aire a la espalda de la defensa.
Pero no alcanzaba y De la Fuente intervino pronto para introducir a Grimaldo, que ejecutó una buena falta desviada por Rajkovic, y a Oyarzabal, por Cucurella y Ayoze.
La mayor amenaza volvía a ser Lamine desde la derecha, entre su fantasía en el regate y esos balones que parece que flotan medio inofensivos, como burbujas, que de repente estallan en la zona del pánico justo delante del portero. Carvajal cazó una ahí que se escapó alta, Nico, menos productivo, no llegó a otra en el segundo palo por muy poco, y Serbia se iba hundiendo sobre Rajkovic, el exportero del Mallorca ahora en Arabia. Cada vez se asomaban menos en las contras y Stojkovic se llevó otra pitada al retirar a Jovic.
Serbia se apretaba y a España se le hacía bola esa concentración. De la Fuente recurrió a la siguiente fase y echó a Joselu al campo, confiando en la vía aérea. Cabeceó alto un córner nada más entrar y ya no le encontraron más. España dejó Belgrado frustrada, rumbo a la siguiente estación del torneo, el domingo en Ginebra contra Suiza. El tropezón no resulta preocupante, porque pasan a cuartos los dos primeros de cada grupo, pero sí constituye un bajón con el confeti tan reciente.
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